Desde Sarria a Portomarín - Viajes Camino de Santiago

Información

La etapa que une Sarria y Portomarín marcará un importante incremento en el número de peregrinos que transitan el camino y será más complicado encontrar momentos de soledad y tranquilidad. No obstante, el ambiente será mucho más animado y la etapa se convertirá en un bonito paseo. El itinerario discurre a través de sendas rodeadas de bosque y pequeñas aldeas que esconden monumentos como las iglesias románicas de Ferreiros y Barbadelo. Pondremos fin a nuestra etapa en Portomarín, un precioso pueblo a orillas del río que se queda grabado en la retina de todos los peregrinos.

Nos despedimos de Sarria, con la mente puesta en Portomarín, por la rúa Maior y seguimos las flechas hasta alcanzar un mirador adornado con un crucero, desde donde tenemos una excelente panorámica de la villa.

Pasamos junto al Convento de la Magdalena y descendemos hasta el río Pequeño para cruzar el puente medieval de Áspera. El camino nos lleva por prados y huertas, cruzamos las vías del tren y posteriormente un pequeño arroyo por un puente de madera. Ascendemos en un duro repecho hasta Paredes, donde se asienta un castro prerromano.

Desde Paredes llegamos a Vilei, donde encontramos una fabulosa área de descanso con todo tipo de máquinas de vending y un sello con el que podemos adornar nuestra credencial. Continuamos por asfalto hasta Barbadelo, donde debemos visitar la iglesia románica, fijándonos en sus portadas y capiteles.

Dejamos atrás Barbadelo y continuamos por un camino hasta las poblaciones de Rente y Mercado da Serra, donde encontramos una taberna. Continuamos de frente por una senda boscosa que nos lleva junto a la fuente de Pelegrín, la mascota del Xacobeo 93. Pasamos junto al Molino de Marzán y un poco más adelante cruzamos la carretera para pasar por Leiman y Peruscallo. Abandonamos el asfalto para avanzar hasta Cortiñas y Lavandeira.

Entre muros de piedra y bosques alcanzamos Brea y Morgade, donde encontramos el tan fotografiado mojón de los 100 kilómetros.

El camino continúa por pista asfaltada hasta Mirallos, donde encontramos el Restaurante O Mirallos, un lugar espectacular para comer. Acto seguido podemos ver la iglesia románica de Santa María, que se trasladó piedra a piedra desde Ferreiros. Tras pasar A Pena, avanzamos hasta O Couto y Rozas, donde es frecuente encontrarse ganado. Abandonamos el asfalto para tomar una senda arbolada en ligera subida. Superamos la aldea de Moimentos y llegamos a Mercadoiro, donde también hay un bar.

A continuación visitamos Moutrás, y tras una parada obligatoria en la tienda Peter Punk, descendemos suavemente por la cuenca del río Miño, intercalando asfalto y tierra mientras adivinamos Portomarín al fondo. Sin más llegamos hasta Parrocha, cruzamos un camino hasta Vilacha.

Iniciamos ahora un fuerte descenso que nos acerca hasta el río Miño y el precioso pueblo de Portomarín, que resplandece con sus fachadas blancas y sus tejados grises. Tras cruzar el largo puente sobre el embalse, subimos por la escalinata de la capilla de A Virxe das Neves y accedemos al núcleo de la villa. Finalizamos etapa y disfrutamos de una agradable tarde en uno de los pueblos más bonitos del Camino Francés en Galicia.

A tener en cuenta

La etapa entre Sarria y Portomarín dispone de todos los servicios necesarios para el peregrino. No encontraremos problemas de avituallamiento, cada pocos kilómetros encontraremos gran variedad de lugares en los que descansar y tomar algo.

Existe una creencia que dice que si no subimos la escalinata de Portomarín del tirón tendremos mala suerte durante el resto de nuestro Camino. Así que ya sabéis… ¡Prohibido pararse!