Imagina llegar al final de un viaje increíble, donde la tierra se encuentra con el mar y el sol se pone sobre el horizonte infinito. Este lugar no es un sueño, sino que existe y tiene nombre propio: es el fin del mundo antiguo conocido como Finisterre. El Camino de Santiago a Finisterre es una extensión de las rutas jacobeas, y une Santiago de Compostela con el cabo Finisterre. Este recorrido se considera el “Epílogo” del Camino de Santiago, una manera de cerrar la experiencia espiritual y física del peregrinaje. Pero, ¿por qué peregrinar a Finisterre? ¿Qué hace que el Camino de Finisterre sea tan especial? ¡Vamos a descubrirlo juntos!

Mapa del Camino de Finisterre

Mapa del Camino de Finisterre, el kilómetro 0 de todas las rutas jacobeas

Historia y significado del Camino a Finisterre

El cabo Finisterre es un lugar con una gran tradición, historia y leyendas. Si nos remontamos a tiempos precristianos, los antiguos pobladores paganos, así como los romanos posteriormente, creían que era el punto más occidental de la Tierra.

Ya era un lugar de peregrinación para los celtas, quienes lo consideraban un importante sitio de culto al sol, conocido como el Ara Solis. Hemos de tener en cuenta que en aquélla época la tierra era plana, y la gente se planteaba qué habría a Poniente, el Más Allá. ¿Tal vez el Paraíso? ¿Quizás el Infierno? ¿Descansarían allí las almas de sus difuntos?

Puesta de sol en Finisterre

¿Qué habría más allá de donde se pone el sol para los antiguos pobladores de Finisterre?

Relación de Finisterre con Apóstol y el Camino de Santiago

Con la llegada del Cristianismo y con la predicación del Apóstol Santiago en Galicia, este lugar adquirió un nuevo significado e importancia. De hecho, al Apóstol se le sitúa mucho aquí, dado que habitaban pueblos paganos, adoradores del Sol, a los que iba dirigida su predicación. Se dice que el propio Santiago destruyó el altar del Ara Solis, erigiendo en su lugar la ermita de San Guillermo, que hoy en día ya no existe. Incluso, el Códice Calixtino menciona que los restos del apóstol Santiago pasaron por Duio, cerca de Finisterre, para obtener el consentimiento del rey para enterrarlos.

Santiago Apóstol predicando

Santiago Apóstol predicando, una escena de las leyendas jacobeas del Camino de Finisterre

Así, los peregrinos que llegaban a Santiago de Compostela a menudo continuaban hasta Finisterre, siguiendo la tradición de visitar lugares apostólicos. Asimismo, era un viaje hacia el final del mundo conocido, en el que los peregrinos querían ver cómo el sol se sumergía en el océano.

El Camino a Finisterre sufrió un declive notable a partir del siglo XVI, como muchas rutas. En el siglo XX, las administraciones, asociaciones y entidades locales revitalizaron la ruta, promoviéndola y creando una credencial propia y certificados de peregrinación como la Fisterrana y la Muxiana.

Finisterrana y Compostela

La Finisterrana, a la derecha, es el certificado expedido al completar el Camino de Finisterre

Rutas y etapas del Camino a Finisterre

Para aquellos que desean emprender este viaje, el Camino de Finisterre se divide en cuatro etapas principales. De Santiago a Finisterre hay unos 90 km en los que cada etapa ofrece una experiencia única, combinando paisajes impresionantes, pueblos encantadores y antiguas leyendas. Es un Camino apto para todos, con algún desnivel interesante y con muchos servicios. La mejor época para realizarlo sería entre primavera y verano.

Flecha amarilla

Flecha amarilla saliendo de Santiago de Compostela, inicio del camino de Finisterre

Etapa 1: De Santiago a Negreira

La primera etapa comienza en Santiago de Compostela, en la mismísima plaza del Obradoiro, y finaliza en Negreira, tras poco más de 20 km. Saliendo de la ciudad por la carballeira (robledal) de San Lorenzo, poco a poco el paisaje cambia a verdes campos y tranquilos caminos rurales.

Tras pasar el río Sarela, el peregrino asciende poco a poco hasta el lugar de Sarela de Abaixo. En este punto el peregrino, volteando la mirada, puede despedirse de la Catedral de Santiago, disfrutando de una panorámica increíble. Se suceden pequeñas aldeas, senderos y carreteras, y el peregrino llega al lugar de Augapesada. Este es un buen lugar para descansar antes de emprender la subida más dura de esta ruta, ascendiendo unos 200 m. en unos 2 km.

Pontemaceira

Vista de Pontemaceira, con su puente

El premio llega después, con Pontemaceira, uno de los Pueblos más Bonitos de España y del Camino de Santiago. Este es un lugar ideal para descansar, comer y, tal vez, darse un baño en el río Tambre. ¿Sabías que hay escondida entre los árboles una cuerda colgada de un árbol para lanzarse al agua a lo Tarzán?

Tras visitar Pontemaceira, el peregrino continúa la etapa hacia el final, Negreira. Este es un pequeño pueblo con todos los servicios y una acogedora atmósfera donde los peregrinos pueden descansar.

Etapa 2: De Negreira a Olveiroa

Esta es la etapa más larga del Camino de Finisterre, con unos 33 km entre Negreira y Olveiroa. Aunque extensa, no presenta grandes dificultades debido a sus terrenos de poca pendiente.

Señal

Señal de la alternativa al Camino de Finisterre al salir de Negreia

Justo al salir de Negreira, se nos presenta una primera bifurcación. La señal hacia la izquierda nos indica el Camino oficial, y la de la derecha, una alternativa preciosa por el río Barcala. Esta última, el Paseo Fluvial del Río Barcala, es medio km más larga, pero es especialmente bonita, tranquila y natural.

Destaca el ambiente rural: se atraviesan grandes prados, inmensos bosques y pequeñas aldeas, y la amabilidad de la gente local te animará a continuar. Tras subir a Alto da Pena, llegarás a otra bifurcación: sin diferencias salientables, ambas te llevarán a Vilaserío. Poco antes de llegar al final, podrás admirar las increíbles vistas del embalse de A Fervenza, en el descenso del Monte Aro.

Finalmente llegarás a Olveiroa, pequeño pueblo con servicios necesarios para descansar y recuperarse tras esta larga etapa.

Iglesia

Paisaje rural del Camino de Finisterre, con mucha arquitectura tradicional

Etapa 3: De Olveiroa a Cee

Desde Olveiroa el Camino va hacia Cee para encontrarte por fin con el océano Atlántico, en una etapa de 18 km. El Camino sale desde el embalse de Castrelo y continúa subiendo hasta encontrarse con unas vistas espectaculares del río Xallas. A 5 kilómetros de la salida, encontrarás el pueblo de Hospital, donde recomendamos parar antes de continuar, pues no habrá muchos servicios más hasta el final de etapa.

Tras la parada, encontraremos otra bifurcación: ¿ir a Muxía o ir a Finisterre? Esta ruta tiene dos finales posibles, e incluso hay peregrinos que la alargan llegando a ambas localidades. Se debe tomar la opción de la izquierda, a Finisterre, en la que se atraviesa un hermoso bosque que esconde un terrible ser mitológico, Vákner.

Dos mojones

Los dos mojones de la bifurcación de Hospital, en el Camino de Finisterre

Finalmente, se continúa descendiendo hacia Cee, tu final de etapa, en una de las bajadas más exigentes de todas las rutas jacobeas. Con todos los servicios, relájate y disfruta del hermoso entorno natural de Cee y sus preciosas playas (¡aunque no te bañes en la del pueblo, está prohibido!).

Etapa 4: De Cee a Finisterre

Esta es la etapa final, donde el protagonista es el océano Atlántico, señal de que la meta está cada vez más cerca. Desde Cee hasta el cabo Finisterre hay unos 16 km.

Tras Cee se encuentra Corcubión: deberás hacer un alto en el Camino para pasear por su zona vieja, declarada Conjunto Histórico-Artístico. Aquí, también puedes bañarte en la playa de Quenxe, resguardada de los vientos y temporales tan propios de la Costa da Morte.

Playa de Langosteira

Playa de Langosteira, en Finisterre

Tras pasar Corcubión el Camino asciende y se empiezan a suceder hermosas playas: Estorde, Sardiñeiro y Talón (nudista). Les sigue la playa de Langosteira, donde el Camino da la posibilidad de caminar por la arena descalzo, o bien a través de un sendero.

Al llegar al pueblo de Finisterre, merecerá la pena dar un paseo por el puerto y sus callejuelas antes de poner rumbo al cabo Finisterre. En la oficina de Turismo o en el albergue público, puedes, con la credencial, conseguir la Finisterrana.

Apenas 3 km de progresiva subida llevan al famoso faro de Finisterre, lugar mágico y final de este Camino a Finisterre, donde se halla el km. 0’000 de todas las rutas jacobeas. Muchos peregrinos pasan la tarde en el cabo, esperando contemplar uno de los atardeceres más espectaculares del mundo.

Faro de Finisterre

Faro de Finisterre

Preparativos para hacer tu Camino

Para hacer el Camino de Finisterre, como en todas las rutas, hay que preparar todo lo que debemos llevar. Aquí os dejamos un resumen con una lista básica:

  • Ropa cómoda y adecuada para caminar.
  • Calzado resistente y ya usado.
  • Mochila ligera.
  • Saco de dormir si vas de albergue.
  • Botiquín de primeros auxilios.
  • Agua y snacks.
  • Documentación personal, teléfono móvil, cargador y credencial del peregrino.
Peregrinas

Peregrinas en el Camino a Finisterre

Como consejos prácticos, recomendamos los siguientes:

  • Planifica tu ruta: investiga las etapas, pues aunque el Camino está bien señalizado, tener un mapa o una guía puede ser útil.
  • Hidratación y alimentación: lleva suficiente agua y algunos snacks energéticos para mantenerte hidratado y con energía.
  • Cuida tus pies: usa calcetines de buena calidad y asegúrate de que tus zapatos estén bien ajustados para evitar ampollas.
  • Conexión con otros peregrinos: hablar con otros peregrinos puede enriquecer tu experiencia y proporcionarte apoyo en momentos difíciles.

Atractivos y puntos de interés en el Camino a Finisterre

Vamos a profundizar más en el Camino de Finisterre, que tiene mucho que ver.

La costa de Finisterre

Panorámica de Finisterre

Pontemaceira

Pontemaceira, un encantador pueblo rural construido alrededor de un magnífico puente romano sobre el río Tambre, salpicado de antiguos molinos. La leyenda dice que los discípulos del apóstol Santiago el Mayor, al huir de los romanos, cruzaron este puente. Justo después, el puente se derrumbó como las aguas de Moisés, haciendo caer a sus perseguidores al río.

Puente cruzando el río en Pontemaceira, A Coruña

Puente sobre el río Tambre, en Pontemaceira

Negreira

Negreira, una encantadora villa situada que mantiene su esencia rural, donde los peregrinos pueden disfrutar de la tranquilidad del campo y la hospitalidad de sus habitantes. En Negreira se encuentra una impresionante fortaleza medieval que ha sufrido varias reformas, pero aún conserva elementos de su origen en su estructura. Destaca su gran chimenea y una galería de piedra visible desde la calle principal, que conecta el Pazo de Cotón con la Capilla de San Mauro mediante una elegante triple arcada de piedra.

Pazo de Coton

Pazo de Cotón, en Negreira

Olveiroa

Olveiroa es una aldea rural típica donde destacan sus hórreos centenarios, que ahora se encuentran en perfecto estado. Estas tradicionales construcciones de almacenamiento de productos agrícolas tan típicas de Galicia, son un deleite para los peregrinos, que pueden apreciarlas en su máximo esplendor durante un paseo por la aldea. Por otro lado el puente de Olveiroa, ubicado en el impresionante entorno del embalse da Fervenza, tiene un gran valor visual e histórico. Fue escenario de un enfrentamiento entre los campesinos gallegos y las tropas de Napoleón Bonaparte a principios del siglo XIX.

Hórreo gallego

Hórreos en Olveiroa

Vákner

Vákner es un hombre lobo, representado en una imponente estatua de casi 5 metros de altura, conocido en cruces de senderos y rutas del Camino de Santiago. Son famosas las leyendas medievales de avistamientos de hombres lobo, licántropos y extrañas bestias en esta zona, que refuerza su conexión con estas misteriosas historias.

Vákner

El licántropo Vákner te espera en los bosques del Camino a Finisterre

Cee

En la Edad Media, Cee era una pequeña villa agrícola y marinera. Durante esta época, la localidad comenzó a crecer y prosperar, dejando su huella en construcciones que aún se conservan. Entre los restos medievales destaca la Iglesia de Toba, del siglo XII, y la Iglesia de Cee, que conserva arquitectura del siglo XV en su capilla superior. Más adelante en el tiempo, Fernando Blanco de Lema, un importante filántropo nacido en Cee a finales del siglo XVIII, financió construcciones destinadas a la enseñanza, como la antigua Escola das Nenas y el actual instituto y Jardín Botánico que lleva su nombre.

Vista de Cee

Panorámica de Cee

Finisterre

Como pueblo pesquero, Finisterre o Fisterra, como se dice en gallego, es famoso por su rica gastronomía marina. Es un lugar ideal para degustar pulpo a la gallega, caldeiradas marineras y mariscos frescos. Destaca el Castillo de San Carlos, actual Museo de la Pesca, así como su Lonja, donde se puede asistir a las subastas de pescados y mariscos.

Lonja de Finisterre

Peregrinos asistiendo a una subasta en la Lonja de Finisterre

Por su parte, el cabo Finisterre, con su faro como protagonista, se extiende desde los islotes de O Petonciño y O Centolo hasta el monte de O Facho. Este lugar está asociado con el Ara Solis, un altar de la antigüedad utilizado por las tribus celtas para realizar ritos solares. Según la leyenda, los romanos quedaron maravillados por las espectaculares puestas de sol sobre el mar, lo que contribuyó a la mística que envuelve esta zona hasta hoy.

Vistas desde el cabo Finisterre

El cabo Finisterre, preparándose para una puesta de sol

Como ves, el Camino de Finisterre es más que un simple recorrido: es una aventura llena de historia, belleza natural y crecimiento personal. Muchos lo realizan porque buscan cerrar un capítulo de sus vidas o comenzar uno nuevo. De hecho, un antiguo ritual mandaba que los peregrinos quemasen sus prendas de ropa vieja como símbolo de renovación y cierre de su viaje. Esto se realizaba en el cabo, aunque hoy está totalmente prohibido, al ser un entorno natural protegido.

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Peregrinos en el km. 0 del Camino de Finisterre

Nuestros peregrinos en grupo organizado, al finalizar su aventura en el Km. 0 del Camino de Finisterre

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