Durante tu aventura en el Camino de Santiago encontrarás muchos amigos peregrinos, exuberante naturaleza, rico patrimonio histórico y mucha cultura local. En muchos pueblos y localidades de los distintos caminos encontrarás mucha arquitectura rural, y en este artículo te vamos a hablar de un ejemplo de ella, los hórreos, una construcción típica de algunas de las regiones por donde pasa el Camino de Santiago, especialmente en Galicia.

¿Qué es un hórreo?

Los hórreos son unas construcciones en piedra y/o madera (aunque a veces incluso cemento y ladrillo), generalmente de planta cuadrada o rectangular, elevados o separados del suelo y con ventilación en sus muros, que sirven de graneros o almacén de víveres en general. Muy ligados a la actividad agrícola, generalmente son los protagonistas en los entornos rurales.

Muchos peregrinos, al ver por vez primera estas construcciones, preguntan a nuestros guías: “¿qué son esas casitas?”

Un horreo

El término viene de la palabra latina horreum, que se refiere a un granero donde almacenar cereal, frutos del campo y demás alimentos. La necesidad de almacenar excedentes es muy antigua, y ya en las Cantigas de Alfonso X El Sabio (siglo XIII)  podemos admirar alguna miniatura donde aparecen hórreos.

No sólo existe el nombre de hórreo, sino que, al existir en otras regiones de España e incluso en otros países del mundo, esta tipología de construcción puede tener otros nombres: la panera asturiana, la garaia navarra y vasca, los espigueiros portugueses, etc. En la propia Galicia recibe diversos nombres según la zona: hórreo, cabazo, canastro, cabaceiro, etc. Desde Japón, pasando por Turquía, Suíza, Alemania, Suecia, etc. podrás viajar y encontrar distintas formas de hórreos, con sus distintos nombres.

Sea como fuere, prácticamente todos se construyen de forma más o menos parecida, dada la función que han de cumplir, siendo muy importante que estén ventilados y elevados, o al menos bien separados del suelo, para evitar humedades y animales.

El hórreo gallego

El hórreo gallego está levantado y separado del suelo por columnas pareadas, generalmente a partir de 2 ó 3 pares. Corona esta columna una pieza redonda que sobresale, de tal forma que impide el acceso a ratones, hormigas, etc. De ahí nacen los arquitrabes que comienzan a dar forma rectangular a la planta del hórreo, con muros que dejan espacios para la ventilación, y finalmente se corona con un tejado a dos aguas, en cuyos extremos suele haber una cruz y otro remate que puede ser lanceolado o redondo. Se suele construir íntegramente en granito, aunque también los hay de madera o una combinación de ambos.

El Hórreo de la Carnota. El más grande del mundo

En función del tamaño y material del hórreo, éste denotará que la familia propietaria es más o menos rica: los ricos tendrían hórreos de granito tallado, muy largos, y los pobres, de madera y más cortos. Los hórreos más largos de Galicia, construidos en granito, son el de Araño (Rianxo), Carnota y Lira (Carnota), que superan holgadamente los treinta metros de longitud.

En el Camino de Santiago

El Camino de Santiago, con sus varias rutas, atraviesa varias regiones dentro de España. Siempre vamos a ver hórreos dentro de Galicia, pues es donde todas las rutas convergen. Fuera de Galicia veremos hórreos en las rutas más septentrionales, como el Camino del Norte, el Camino Primitivo y el Camino Francés, donde es muy común encontrarlo en las campiñas.

En los últimos 100 km del Camino Francés puedes encontrar gran cantidad de hórreos y de diversas tipologías. El hórreo de Toxibó (Portomarín) es un ejemplo de hórreo en granito y madera, que se alza majestuoso a los pies del camino. En Leboreiro (Melide), en frente de su Iglesia de Santa María, podrás encontrar un ejemplo de hórreo muy singular, de menor tamaño y realizado con ramas y pequeñas maderas, típico en esta zona y en familias humildes. Aproximándonos a Arzúa encontraremos una tipología de hórreo más grande y cuadrangular, casi como una casa, donde incluso la parte baja se dedicaría a ganado, y la superior a granero.

El Hórreo de Toixibó

El Camino Inglés ofrece algunos ejemplos de hórreos gallegos, como por ejemplo el situado en el lugar de Cruz (Ordes), un típico hórreo gallego en granito. Además de él, en este lugar podrás admirar una estatua de Santiago Apóstol y otras más surrealistas, con dinosaurios incluidos.

En el Camino del Norte, antes de la localidad de Markina y desviándose la ruta hacia Etxebarría (Vizcaya), puedes admirar un hermoso y antiguo ejemplar de hórreo vasco, el hórreo del caserío Ibargüen. Con soportes de piedra, el resto de la construcción es de fina carpintería.

En los últimos 100 km del Camino Primitivo, una vez pasada la ciudad de Lugo, la cantidad de hórreos que encontrarás será abrumadora, con notables cambios de estilo a medida que se va llegando a Arzúa y entroncar con el Camino Francés.

Un hórreo pequeño en Lugo

En los últimos 100 km del Camino Portugués encontraremos muchos hórreos. En Ribadelouro podremos encontrar alguno que a día de hoy se usa como almacén de aperos de labranza, suele estar abierto y el peregrino puede observar su interior. Más adelante, en Pontesampaio, también encontraremos más ejemplos de esta construcción. A partir de Pontevedra, Caldas de Reis y Padrón, serán una constante durante el camino.

El Camino Sanabrés (Vía de la Plata) también muestra los ejemplos que podemos encontrar en la provincia de Ourense, como en Oseira y su gran monasterio. Y hasta Santiago de Compostela aún quedan muchos más.

El Hórreo de Oseira

Si decides recorrer el Camino de Finisterre y Muxía, encontrarás un gran número de hórreos. Cuando llegues a Olveiroa (Dumbría) los hórreos serán los protagonistas, integrados perfectamente en este enclave rural. Y entre Muxía y Fisterra no debes dejar de admirar los hórreos de Lires, una pequeña aldea que también presume de la majestuosidad de estos graneros. Y aunque estén fuera de esta ruta, pues están muy cercanos, en Carnota puedes admirar dos de los hórreos más largos de Galicia, el de Carnota y el de Lira, una auténtica oda a las buenas cosechas.

El Hórreo de Dumbría

Una buena forma de saber más sobre los hórreos gallegos, verlos, tocarlos y quizás hablar con sus propietarios, es hacer el Camino de Santiago, y ya sabes que nosotros te lo pondremos muy fácil.