Información sobre Cadavedo
Cadavedo es un pueblo de costa situado entre el cabo Vidio y el cabo Busto, un emplazamiento excepcional para disfrutar de hermosas vistas y un ambiente repleto de naturaleza. Se trata de uno de los pueblos más antiguos de Asturias en el que la autenticidad está asegurada. En él se pueden visitar algunos lugares de tradición histórica y perderse en largos paseos.
En el año 1954 este fue declarado el pueblo más bonito de Asturias, un gran indicativo de la belleza que desprende en cada rincón. Una visita a su campo de la Regalina confirmará lo idílico del lugar, pues desde este punto se divisa toda la costa en su esplendor.
Qué ver y hacer en Cadavedo
Un paseo por su arquitectura
Cadavedo es en la actualidad un pueblo muy apreciado por los asturianos para pasar el verano y las vacaciones, resulta un excelente destino turístico para los residentes de los alrededores. En cambio, a finales del siglo XIX fue un importante foco de emigración a América del Sur. Este momento histórico dio lugar a la construcción de mansiones en las que se aprecia la influencia de la arquitectura indiana. Hoy en día todavía se encuentran perfectamente conservadas y son de gran interés para cualquier visitante que tenga la suerte de pasar por este pueblo.
En Cadavedo también se puede encontrar patrimonio arquitectónico propio de la zona de Asturias. El pueblo cuenta con unos 95 hórreos tradicionales que todavía se conservan. Estas son construcciones rurales antiguas propias de esta zona del país cuya misión era la de conservar los alimentos lejos de la humedad. Ahora son deliciosas reliquias de gran interés cultural y patrimonial.
La playa de Cadavedo
La playa de Cadavedo es de parada obligatoria cuando se trata de conocer este entrañable pueblo costero. Se encuentra a solo 2 kilómetros del pueblo en sí y de él toma su nombre. En esta playa desemboca el arroyo Frieira, un aporte más a la belleza del paisaje.
Cuenta con una extensión de 400 metros aproximadamente, que se extienden por una superficie de 53.000 metros cuadrados. La playa cuenta con una zona específica para el aparcamiento por lo que se puede acceder en coche hasta el borde de esta, sin necesidad de caminar.
La Ermita de la Regalina
La Ermita de la Regalina es una de las construcciones más interesantes de Cadavedo. Fue construida en el año 1931 a instancias del Padre Galo, cuya intención era la de convertir este lugar en destino de peregrinación para honrar a la virgen de Riégala.
Esta ermita se presenta impoluta sobre un campo de césped, concretamente en el campo de la garita. Destaca enormemente en el paisaje gracias a sus colores blanco y azul. Se rodea de bonitos paisajes, acantilados y playas como la Ribeirona.
La fiesta de la Regalina
En los alrededores de la bonita Ermita de la Regalina se celebra esta fiesta al aire libre y la tradición se remonta al año 1931, fecha en la que fue construida. Los festejos se inician por la mañana desde el barrio de rapa con un sinfín de carrozas decoradas con flores y otros atributos.
Cuando las carrozas llegan al campo de la Regalina se inician los bailes tradicionales asturianos conocidos como Danzas Primas y tras una misa solemne comienza una procesión con la Virgen de Riélaga. La fiesta incluye mucha gastronomía tradicional con la que deleitarse, también folclore y un sorteo de alfiladas. Para terminar, se realiza una divertida verbena cuando llega la noche.
La playa de Campiechos
Esta impresionante playa de Cadavedo se sitúa en lo que se denomina como el Paisaje Protegido de la Costa Occidental de Asturias, una zona de gran valor natural recogida por la Red Ambiental de Asturias. Esta playa presenta una longitud de unos 450 metros repletos de belleza, rodeada por el entorno rural.
Se accede fácilmente a pie caminando unos 500 metros y al final del camino se halla un lecho de cantos rodados y escasas arenas de grano oscuro y grueso. Es un lugar ideal para ser contemplado y para dejarse sorprender por el entorno, ya que no se utiliza comúnmente por los bañistas.
Los acantilados de Cabo Busto
Muy cerca de Cadavedo se encuentra otro regalo de la geografía asturiana que merece la pena visitar. Se trata de los acantilados de Cabo Busto, que presenta unos 60 metros de longitud.
En esta zona se pueden divisar estuarios, acantilados, dunas y playas que componen un paisaje inolvidable. Todo amante de la naturaleza disfrutará de esta variedad de eventos morfológicos que componen uno de los rincones más espectaculares de la zona. Ideal para acudir en días soleados y sin prisas.