Los que somos apasionados del Camino de Santiago y de ir acumulando rutas jacobeas en nuestras botas, sabemos que el que peregrina, siempre encuentra algo nuevo que le sorprende. Por ejemplo, ¿quién te iba a decir a ti que en Cantabria existe una ruta jacobea propia, independiente del Camino del Norte? ¿Y si te dijera que incluso tiene su propio año santo? Así es queridos peregrinos, en este post queremos presentaros uno de los caminos más mágicos y escondidos de todos: el Camino Lebaniego. Continúa leyendo atento, te aseguramos que merece la pena descubrir más acerca de este singular itinerario.
Historia del Camino Lebaniego
Quizá más que cuál es la historia del camino Lebaniego, lo que deberíamos preguntarnos es: ¿por qué se peregrina a Liébana? El porqué de la peregrinación a este lugar reside en su monumento principal, el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Lo que hace excepcional a este lugar es que conserva en su interior la reliquia más grande conocida del lignum crucis (madera de la cruz, en latín), es decir, el fragmento de madera más grande del que se tenga constancia de la cruz de Cristo, concretamente el pedazo pertenece al brazo izquierdo de la cruz.
Y ahora probablemente os estaréis preguntando cómo terminó esta reliquia en el monasterio de Liébana. Pues la historia dice que santo Toribio fue el encargado de proteger las reliquias de Jesucristo en Jerusalén. No obstante, a su vuelta a la península Ibérica, este santo las trasladó a Astorga y posteriormente, debido a la invasión musulmana, los cristianos las llevaron a Liébana para protegerlas de posibles ataques.
Al saberse de la existencia de esta reliquia en el monasterio de Santo Toribio, los fieles comenzaron a peregrinar hasta él, conformando lo que hoy conocemos como Camino Lebaniego.
El Año Santo Lebaniego
Esta es sin duda, una de las cosas más peculiares e interesantes de esta ruta: el Camino Lebaniego tiene su propio Año Jubilar. Este privilegio se remonta a hace más de quinientos años, cuando el papa Julio II emitió una bula papal por la cual se le concedía al monasterio de Santo Toribio el privilegio de poder celebrar su propio año santo. Desde ese momento quedó establecido que los peregrinos que caminasen hasta el monasterio durante el año santo conseguirían la indulgencia plenaria.
El monasterio de santo Toribio de Liébana se alza como uno de los cuatro lugares santos del cristianismo, junto con Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela
Así, el Año Santo Lebaniego se da cuando la festividad del santo, el 16 de abril, cae en domingo, lo que sucede con una cadencia de seis, cinco, seis y once años, en función de los años bisiestos. Y para obtener el Jubileo Lebaniego, al igual que el Jacobeo, hay que cumplir dos requisitos:
- Rezar el Padrenuestro, el Credo y una oración por el Papa.
- Confesarse y asistir a la misa en el monasterio, el mismo 16 de abril o quince días antes o después.
Y al igual que conleva el Año Santo Jacobeo, no es obligatorio peregrinar ni pasar por la Puerta Santa (o Puerta del Perdón, en el caso lebaniego), que solo se abre en Año Santo. En ella hay una inscripción en latín que dice: “Aperitur his quae clausa sunt“, que significa “Se abren las cosas que están cerradas”.
Hacer el Camino Lebaniego
El Camino Lebaniego, para los caminantes que están realizando el Camino del Norte, se inicia en una bifurcación desde San Vicente de la Barquera para llegar a Santo Toribio de Liébana. Se encuentra en un entorno natural orográficamente delimitado por la cordillera Cantábrica y los Picos de Europa, y hay estudios que avalan la existencia de más vías de peregrinación al monasterio de Liébana. Estas vías están señalizadas como rutas de pequeño recorrido (PR).
En su recorrido este itinerario atraviesa los municipios de San Vicente de la Barquera, Val de San Vicente, Herrerías, Lamasón, Peñarrubia, Cillórigo, Potes y Camalego. Se trata de un bello recorrido de 73 km en el que el peregrino camina desde la costa al interior de Cantabria.
Etapas del Camino Lebaniego
La ruta lebaniega puede dividirse en 3 etapas:
Etapa 1. San Vicente de la Barquera – Cades (28,5 km)
Esta etapa tiene una longitud de 28,5 kilómetros, por lo que se puede hacer un poco larga para aquellos que nunca han practicado senderismo. Antes de partir de San Vicente, se recomienda visitar la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, de estilo gótico, así como el castillo del Rey y el convento de San Luis. La ruta se inicia poniendo rumbo a Serdio y continúa por Muñorrodero. Tras pasar por la senda fluvial del Nansa se llega a Camijanes. Posteriormente el camino discurre por Cabanzón, donde es imprescindible detenerse a contemplar su torre del medievo. Finalmente la etapa culmina en Cades.
Etapa 2. Cades – Cabañes (30,53 km)
En esta segunda etapa tendremos que andar un poquito más. Salimos de Cades y nos dirigimos a Lafuente, donde podremos encontrar la iglesia de Santa Juliana, de estilo románico y declarada Bien de Interés Cultural. Pasando por Burió y el Collado de la Hoz descenderemos hasta Cicera. De Cicera nos dirigiremos a Lebaña donde atravesaremos un bosque de robles antiquísimos, muy recomendable para los amantes de las setas. Desde este lugar nos dirigiremos a Santa María de Lebeña, pasaremos por Allende y subiremos hasta Cabañes, donde acabaremos la etapa.
Etapa 3. Cabañes – Santo Toribio (13,7 km)
Esta etapa es la más corta, lo cual viene muy bien al ser la última del recorrido. Salimos de Cabañes y nos dirigimos a Tama, donde nos encontraremos con su iglesia románica. Por el camino de Campañana podremos evitar ir por la carretera, teniendo de fondo los picos de Europa. Desde Potes nos dirigiremos ya hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana.
La credencial y el certificado: la Lebaniega
Este itinerario también goza de una credencial propia, que debes adquirir si quieres utilizar los albergues públicos de la ruta y si quieres conseguir el certificado de fin de peregrinación, la Lebaniega. Hay distintos lugares donde la puedes conseguir: en la parroquia de El Cristo de Santander, en la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de San Vicente de la Barquera o en las oficinas de turismo de los distintos municipios de la zona.
¿Cómo son las infraestructuras y la señalización?
Evidentemente, por el discurrir de su trazado, el Camino Lebaniego no es una ruta tan sencilla como el Camino Francés o Portugués. No obstante, hay mucha labor de señalización y actuación por parte del gobierno cántabro para que resulte accesible. A mayores de la señalización en ruta, existe mucha información disponible en la web oficial de la ruta, con mapas, fotos e indicaciones. En cuanto a los alojamientos, en el camino Lebaniego no existe tanta oferta como en otras rutas, pero planeando el camino con un poco de antelación y reservando, no tendrás ningún problema.
¿Qué se puede ver y hacer en el Camino Lebaniego?
El Camino Lebaniego es un camino lleno de naturaleza, historia, cultura y gastronomía. A lo largo del trazado se pueden ver paisajes espectaculares, como los Picos de Europa, el río Deva, el desfiladero de la Hermida, o el bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal. También se pueden visitar pueblos con encanto, como Muñorrodero, Cicera, Potes o Mogrovejo y conocer su patrimonio artístico y arquitectónico, como las iglesias románicas, las casonas montañesas, o las torres medievales. Además, se puede disfrutar de la gastronomía típica de la zona, como el cocido lebaniego, el queso picón, los sobaos o el orujo.
Un Camino entre dos rutas jacobeas
Una vez hayas llegado a Liébana, puedes retomar el Camino del Norte volviendo por donde llegaste o bien atajando por el denominado camino asturiano. No obstante, puedes continuar en dirección sur y enlazar con el Camino Francés en Mansilla de las Mulas, en León, siguiendo el Camino Vadiniense, así como otras rutas alternativas como los caminos leonés, castellano o de Sahagún.
El Camino Lebaniego te permite disfrutar del corazón de Cantabria de una forma muy especial, que no es otra que realizar esta antiquísima peregrinación plena de paisajes de montaña, verdes pastos, un patrimonio cultural espléndido y una exquisita gastronomía. Si además te coincide en Año Jubilar Lebaniego, tu experiencia en esta histórica ruta será memorable.