Desde el pasado día 15 de octubre de 2021 la prensa nacional viene publicando una interesante noticia muy importante para la comunidad peregrina, en relación a la identidad de las reliquias de Santiago, pero ojo, ¿cuál de ellos? Supuestamente hay dos “Santiagos” en la Catedral de Santiago: Santiago Zebedeo “el Mayor”, cuyos restos descansan bajo el altar de la Catedral, y Santiago Alfeo, “el Menor”, cuyos restos se encuentran en la Capilla de las Reliquias, que contiene las reliquias de decenas de santos. Así, una investigación publicada recientemente, iniciada hace 30 años, introduce dudas en cuanto a estas reliquias, proponiendo que tal vez sean restos confundidos. ¿Qué tal si investigamos un poco?
Los dos “Santiagos”
Si ya has recorrido las etapas del Camino Francés puedes saber que, Santiago Zebedeo, “el Mayor”, y cuyos restos y su presencia en Santiago de Compostela son responsables del nacimiento del Camino de Santiago en la Edad Media, fue uno de los 12 apóstoles protagonistas de la Última Cena con Jesús de Nazaret y uno de los amigos más estrechos de éste. Se le sitúa como evangelizador del noroeste peninsular de España, es decir, Galicia, y la historiografía y la tradición afirman que fue martirizado y decapitado en la década de los años 40 d.C. por el rey Herodes Agripa I.
Por su parte, Santiago Alfeo, “el Menor” (denominado así por los textos bíblicos para diferenciarlo del anterior), murió también martirizado en la década de los años 60 d.C., pero en su caso la historiografía y la tradición afirman que en su caso su muerte se dio por un traumatismo en la cabeza, tal vez un golpe fuerte fruto de la lapidación o de ser lanzado desde un lugar alto, pero nunca por decapitación, como en el caso de Santiago “el Mayor”.
Las investigaciones
Fue en el año 1991 cuando el médico forense y miembro del Instituto de Medicina Legal de Galicia (IMELGA) y presidente de la Asociación Española de Antropología y Odontología, Fernando Serrulla, tuvo el encargo por parte de la Consejería de Cultura de la Xunta de Galicia de realizar un estudio forense de los restos de Santiago Alfeo “el Menor”.
El Cabildo de la Catedral le dio un corto plazo de 10 días para trabajar con dichos restos, y además debía hacerlo en la propia capilla, sin posibilidad de llevar los restos al laboratorio para poder realizar pruebas de datación y demás. Presentó un informe cuyos resultados se hicieron públicos en un congreso médico, aunque no trascendieron, y que se centraba exclusivamente en los restos de Santiago Alfeo, “el Menor”, concretamente en restos del cráneo.
Treinta años después, el médico publica en la revista Forensic Anthropology, editada por la Universidad de Florida (EE.UU.), el artículo “A Forensic Anthropological Study of Human Remains Attributed to the Apostle James Alphaeus”, donde sí se ponen en relación los restos de ambos “Santiagos”. Comparando los restos con la documentación histórica, llega a la conclusión de que los restos atribuidos a Santiago Alfeo no coinciden con su forma de morir, sino más bien con la de Santiago Zebedeo, el Apóstol Patrón de España y por el que tantos peregrinos se dirigen a Santiago de Compostela incluso por el Camino Portugués por la costa desde Tui.
La hipótesis
Los restos analizados por Serrulla, atribuidos a Santiago Alfeo, son pequeños fragmentos de una calavera, y evidencian una muerte con traumatismos propios de una decapitación, que en la época se realizaba en tres golpes en la cabeza: uno para dejar inconsciente al condenado, otro para matarlo y otro final para sesgar la cabeza. La documentación histórica se refiere a la muerte de Santiago Alfeo como una lapidación o una precipitación desde un lugar alto, pero no una decapitación, que fue el caso de Santiago Zebedeo.
Por tanto, si los restos atribuidos a Santiago Alfeo hablan de una muerte que no fue la suya, y que encaja más con la de Santiago Zebedeo, es posible que se hayan “traspapelado” a lo largo de la Historia. En ese caso habría que plantearse de quién son los restos que se veneran bajo el altar mayor de la Catedral de Santiago, que teóricamente son de Santiago Zebedeo.
«Realmente aporto dudas, no una certeza»
A lo largo de la Historia las reliquias fueron transportadas de un lugar para otro, en algunos casos escondidas y recuperadas, y tal vez se haya generado algo de confusión entre tanto trasiego. La investigación de Serrulla, como declara él mismo, no pretende crear polémica sino generar conocimiento y dudas razonables en aras de poner luz y orden en este lío de reliquias. No se trata de dirimir si es Santiago Apóstol el enterrado bajo el altar o si es el ya famoso hereje Prisciliano, sino tratar de poner luz entre los dos conjuntos de reliquias atribuidas a estos dos “Santiagos”, que descansan eternamente en dos lugares distintos dentro de la Catedral de Santiago de Compostela.
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