A la hora de decidirse a hacer el Camino de Santiago, es muy importante estar debidamente preparado tanto física como mentalmente. Caminar durante varios días seguidos una media de 20 km al día implica seguir ciertos consejos para el cuidado físico integral de tu salud. ¿Qué crees que es lo que más debes cuidar de tu cuerpo? ¿Cuál es la herramienta principal del peregrino? Efectivamente, querido peregrino, saber cómo cuidar los pies durante el Camino de Santiago es esencial para disfrutar sin percances y lesiones tu ruta jacobea. En este artículo te mostraremos unas recomendaciones para mantener los pies en perfectas condiciones, y cómo evitar heridas y lesiones durante el Camino de Santiago.
Cuidar tus pies: elige un calzado y calcetines adecuados
Lo primero a tener en cuenta al pensar en los cuidados y salud de tus pies es el calzado. Para elegir el más adecuado, será determinante tener en cuenta la elección de la época para hacer el Camino de Santiago. No solo eso, sino también qué ruta del Camino harás, pues no es lo mismo recorrer rutas con etapas de montaña que rutas más amables. Y recuerda: ¡nunca estrenes calzado en el Camino de Santiago!
Botas de montaña
Son lo más apropiado para hacer el Camino en invierno, época donde el frío y la lluvia son protagonistas. Nos ayudarán a superar cualquier superficie, nos protegerán del agua y nos garantizarán una buena sujeción al tobillo. Además, son perfectas para rutas del Camino que transiten por montaña, sobre todo si tienen duras subidas y/o bajadas.
Zapatillas de trekking
Sin duda son lo mejor para épocas más secas y calurosas. No nos ofrecerán la misma protección que unas botas de montaña, pero suelen ser más ligeras y mantendrán tus pies mucho más frescos y secos.
Calcetines antiampollas
Los calcetines antiampollas ofrecen una protección importante contra las rozaduras y humedad, condiciones comunes en el Camino. Diseñados para reducir la fricción y proporcionar un soporte adecuado, son esenciales para prevenir ampollas dolorosas y asegurar una experiencia más cómoda y segura. Pero recuerda, estos calcetines ayudan a evitar las ampollas, ¡pero no son mágicos!
La importancia del calzado auxiliar
Al finalizar la etapa tus pies necesitarán descansar, para cuidar correctamente de tu salud durante el Camino. Por ello, aparte de una ducha renovadora, recomendamos meter en tu mochila un par de zapatillas ligeras o sandalias multifuncionales de repuesto. Estas últimas son perfectas, ya que, al sujetar el pie por el talón, también las podrás utilizar en primavera o verano en algunos tramos del Camino. Asimismo, las chanclas son recomendables, pues te ayudarán a descansar y airear los pies. Además, son imprescindibles para las duchas en los albergues.
Prepara tu botiquín de primeros auxilios
Más vale prevenir que curar, por lo que es muy recomendable llevar un pequeño botiquín que contenga todo lo necesario para curar una posible herida. Pomadas, agujas para suturar, gasas, vendas y algún antiséptico más serán muy útiles en caso de sufrir cualquier rozadura, corte o ampolla.
Para caminar, mejor pies secos
Es recomendable tener los pies hidratados, pero para salir a caminar es importante tenerlos secos. Si te duchas antes de iniciar la etapa, seca bien los pies y usa talco para mantenerlos secos en caso de sudoración.
Mantén las uñas a raya
Es importante mantener cortas las uñas de los pies. El impacto constante del pie con la punta del calzado, sobre todo durante las bajadas, puede ocasionar dolor y heridas si llevas las uñas largas.
Usa vaselina para cuidar tus pies
Usar vaselina para caminar es una forma de mantener el pie protegido frente a rozaduras y, por lo tanto, frente a ampollas. En caso de notar fricción con el calzado, la vaselina puede ayudar a evitar posibles heridas.
¿Cómo curar una ampolla?
Si te encuentras con una ampolla, lo recomendable es no tocarla si no es muy dolorosa: la piel actúa como la mejor defensa contra infecciones. Sin embargo, si es molesta para caminar, puedes drenarla siguiendo estos pasos:
- Lávate las manos y la ampolla con agua y jabón, y luego desinféctala externamente con yodo.
- Limpia una aguja con alcohol para evitar contaminaciones.
- Pincha la ampolla en varios puntos para permitir que drene el líquido.
- No quites la piel suelta y cubre la ampolla con un apósito estéril.
- Haz un seguimiento cuidadoso de la ampolla. Cuando la piel muerta se desprenda por sí sola, retírala y vuelve a desinfectar la zona antes de cubrirla nuevamente.
- Si experimentas complicaciones o la ampolla muestra signos de infección, busca atención médica de inmediato.
Hidratación y masaje
Después de una larga caminata, lo ideal es masajear la planta del pie con alguna crema hidratante después del baño y relajar la zona. Esto relajará el pie y lo mantendrá hidratado, para que al día siguiente podamos afrontar la nueva etapa sin ningún problema.
Hay que dedicarle una atención especial a los pies si decidimos embarcarnos en la aventura del Camino. Al fin y al cabo, son los protagonistas y los encargados de llevarnos hasta Santiago de Compostela. Cuidalos y mímalos para tener una experiencia gratificante en tu aventura por el Camino de Santiago.
todo son buenos consejos. yo los seguí y no tuve problemas con los pies . eso sí los zapatos deben estar muy usados . nunca nuevos .
Hola Jose, como nos alegramos de saber que todo en tu camino fue bien. Como bien dices hay que evitar siempre usar zapatos nuevos ya que eso es ampolla asegurada y puede estropear el camino a cualquiera. Un saludo :)