La Ruta de la Camelia es una de las formas más bonitas (y elegantes) de descubrir Galicia de norte a sur a través de 12 pazos y jardines donde esta flor —misteriosa, simbólica y rodeada de leyendas— se convierte en la gran protagonista. Es un viaje ideal para quienes buscan naturaleza, patrimonio y calma: caminar despacio, respirar aire húmedo de jardín y dejarse sorprender por rincones que parecen diseñados para desconectar.

A lo largo del recorrido, que muchas veces sigue los senderos de las rutas del Camino de Santiago, además de conocer jardines ligados al patrimonio histórico de la tierra gallega, podrás contemplar casi 8.000 variedades de camelia. Nos adentraremos en pazos con tradición e historia y entenderemos por qué esta flor, llegada de Asia y adoptada con pasión en Galicia, se convirtió en un auténtico emblema de belleza invernal.

¿Cuándo hacer la Ruta de la Camelia?

Casi cualquier época del año es buena, ya que los camelios poseen la extraordinaria capacidad de florecer en distintas estaciones. Primavera, otoño e invierno son las épocas en las que encontraremos camelias, aunque su época de floración más icónica es el invierno. Si quieres vivir ese encanto especial de ver flores intensas y coloridas en plena estación fría, elige invierno. Y si estás organizando tu viaje en relación con una ruta jacobea, aquí estamos para orientarte.

¿Dónde empezamos la ruta?

Mapa de la ruta de las Camelias

Mapa de la ruta de las Camelias

Los pazos y jardines que forman parte de la Ruta de la Camelia se encuentran en las provincias de A Coruña y Pontevedra, por lo que podemos empezar desde el norte, en Bergondo (A Coruña), y finalizar en Vigo, o hacer la ruta desde el sur. Todo dependerá del itinerario que nos hayamos marcado.

Muchos de los puntos están relativamente cerca entre sí (en bastantes casos, a menos de 25 kilómetros), lo que permite visitar varios en un solo día si organizas bien los tiempos.

¿Qué pazos y jardines encontrarás en la Ruta de la Camelia?

1. Pazo de Mariñán

Situado en Bergondo (A Coruña), el jardín de este pazo de leyenda —la que comienza con una inscripción “La nada, aquí”, en una lápida de mármol del embarcadero— está dividido en dos partes. Para llegar y descubrir ese embarcadero atravesaremos un espectacular laberinto de bojs con podas variadas en forma de estrellas, círculos, flores y escudos.

Tejos, madroños, plátanos, castaños de Indias, laureles, rosales, azaleas e hiedras acompañan el camino, donde las camelias japónicas, colocadas en una atípica formación 8+1, son protagonistas calladas de la historia de esta casa con misterio.

2. Alameda de Santiago

El “pulmón” de Santiago de Compostela, después de visitar al Santo en la catedral, es un lugar de peregrinación obligado para los visitantes. Son 85.000 metros cuadrados de jardín, en el que muchos árboles están dentro del Catálogo de Árboles singulares de Galicia.

Otros ejemplares, como un abeto de Normandía conocido como “La Perona” —plantado en 1947 para recordar la visita de Evita Perón—, también tienen historia. Y siempre las camelias: con más de 65 ejemplares de la variedad japónica (algunas centenarias), plantadas en 1858 para la Exposición Agrícola, Artística e Industrial, eclipsan lo demás durante la floración.

Alameda de Santiago

Alameda de Santiago

3. Pazo de Santa Cruz de Ribadulla

El jardín de este pazo está considerado, por su valor botánico, paisajístico y su diversidad en vegetación decorativa, como el más fascinante de la tierra gallega. Fue en el siglo XIX cuando el “tío Iván” (Iván Armada y Fernández de Córdoba) amplió considerablemente la presencia de camelias en esta casa.

Pasear entre los imponentes camelios, magnolias descomunales, olivos, ombú, helecho australiano, palmeras Washingtonia o el roble piramidal es un verdadero placer para los sentidos. Un imprescindible en la ruta de la Camelia.

4. Pazo de Oca

Situado en A Estrada, es propiedad de la Casa Ducal de Medinaceli y está declarado Bien de Interés Cultural. Su espectacular jardín ocupa unas 8 hectáreas y es conocido como el “Versalles gallego” o el “Generalife del Norte”.

Nos recibe un parterre rodeado por caminos de bojs perfectamente podados que nos van llevando hasta encontrarnos con camelios de más de ocho metros, azaleas, rododendros, palmeras, robles, nogales, castaños y abedules.

Merece especial atención una embarcación de piedra colocada en el centro de uno de los estanques, en la que dos marineros con cañones vigilan las majestuosas hortensias acomodadas en su lecho.

Pazo de Oca

Pazo de Oca

  • Antes de ir: entradas y condiciones en la web oficial.

5. Casa Museo de Rosalía de Castro

En Padrón, última parada del Camino Portugués, la que fuera casa de la escritora gallega Rosalía de Castro conserva un pequeño pero resultón jardín. La piedra es protagonista y el verde del prado crea el mejor contraste para apreciar las alfombras de camelias reticulatas híbridas rojas y rosas que se forman alrededor del árbol cuando caen.

En el centro, la parra bajo la cual Rosalía escribió las poesías recogidas en Cantares Gallegos, Follas novas y En las orillas del Sar. Un jardín donde cultura y naturaleza forman un tándem perfecto.

Casa Museo Rosalía de Castro

Casa Museo Rosalía de Castro

6. Pazo de Rubianes

En Vilagarcía de Arousa, en plena Ruta del Padre Sarmiento, encontramos este Jardín con Excelencia Internacional que posee más de 4.500 ejemplares de camelias de unas 800 variedades distintas, sin contar el resto de especies botánicas presentes en el conjunto, cuidado con mimo desde el siglo XVII.

En el siglo XIX contó con el jardinero del Campo del Moro del Palacio Real de Madrid, François Viet, para su ampliación, y tras los incendios que asolaron Galicia en 2006, el pazo renació con fuerza. Una visita obligada en la Ruta de la Camelia.

Pazo de Rubianes

Pazo de Rubianes

  • Antes de ir: reservas y tipos de visita en la web oficial.

7. Pazo de Quinteiro da Cruz

En Ribadumia encontramos este remanso de paz en el que, además de degustar un buen albariño elaborado en la casa, veremos florecer más de 5.000 camelias de 1.500 variedades diferentes.

Destacan cuatro variedades sobre el resto: la japónica, la reticulata, la variedad “higo” (premiada con la Camelia de Oro en un concurso internacional dedicado a este árbol) y la sinensis, con la que se elabora té.

Pazo de Quinteiro da Cruz

Pazo de Quinteiro da Cruz

  • Antes de ir: visita con cita previa en la web oficial.

8. Pazo da Saleta

En la localidad pontevedresa de Meis encontramos otro Jardín de Excelencia Internacional gracias a sus camelias. De tipo inglés y con unas 5 hectáreas, fue proyectado por la arquitecta paisajística Brenda Colvin después de que, en 1968, Robert y Margaret Gimson llegaran a Galicia en busca de un lugar donde practicar la jardinería, su gran pasión.

Camelias rojas, blancas, reticulatas y violáceas dan vida a este jardín que, en invierno (época de floración), se convierte en un auténtico espectáculo.

  • Antes de ir: reserva imprescindible en la web oficial.

9. Pazo de Lourizán

Sus 54 hectáreas de arboleda, finca y jardín hacen que este lugar sobrecoja al visitante. El pazo, con fachada y escalinata de corte imperial, es una auténtica joya; y conserva también la huella de su origen como granja, del que permanece un palomar.

Pasear por el Arboreto (nombre con el que se conoce desde 1949) es obligado. A nuestros pies, una alfombra multicolor de camelias; y alrededor, casi 2.000 especies arbóreas procedentes de todo el mundo, muchas incluidas en el Catálogo de Árboles singulares.

Pazo de Lourizán

Pazo de Lourizán

10. Castillo de Soutomaior

En Pontevedra, situado en el origen de la ría de Vigo, encontramos este imponente castillo del siglo XII y su jardín de 25 hectáreas, con más de un centenar de variedades de camelias, vetustos castaños y árboles de todos los continentes.

Aquí, rosas y camelias compiten en belleza y colorido: rojas, blancas, rosas… forman un espectáculo para la vista y el olfato que hace que incluso la imagen del castillo parezca aún más impresionante.

  • Antes de ir: consulta horarios y visitas en la web oficial.

11. Parque do Castro

En Vigo, este parque con fortaleza tiene un valor arqueológico excepcional gracias al poblado castrexo datado entre los siglos III y I a.C., situado en su parte más baja. El valor botánico de sus especies es la segunda gran razón para dedicarle tiempo.

En 2014, con motivo de la 50ª edición de la Exposición Internacional de la Camelia, se realizó una plantación de numerosos ejemplares organizados por procedencia: Australia, Estados Unidos, Inglaterra, Italia y Bélgica, entre otros. También se incorporó una variedad llamada “olívica”, en honor a Vigo, cuyo símbolo es el olivo.

Parque do Castro

Parque do Castro

12. Pazo Museo Quiñones de León

En Vigo encontramos otro pazo que no se entendería sin su jardín, que le aporta una belleza extra. Inspirado en los jardines barrocos franceses, fue creado en el siglo XIX y se divide en seis partes: jardín de acceso, rosaleda, jardín francés, pradera del té, solana y bosque.

Durante el recorrido, hay que detenerse ante un camelio de más de 205 años de la variedad japónica, conocido como “Matusalén de las camelias”, considerado el más longevo de Galicia. Fue incorporado al jardín por el marqués de Alcedo en 1860, procedente de viveros portugueses, y hoy sigue mostrando su esplendor en invierno.

Recorrer la Ruta de la Camelia es mucho más que visitar jardines: es entrar en una Galicia señorial, verde y pausada, donde la belleza se cuida con mimo y cada pazo tiene su propio carácter. Si buscas un plan inspirador —de esos que se recuerdan por cómo te hacen sentir—, esta ruta es una apuesta segura, especialmente en invierno, cuando la camelia transforma la estación fría en un auténtico espectáculo de color.