¿Selvas en España? Pues sí, incluso en Europa, donde también existe la famosa Selva Negra en Alemania. Normalmente asociamos el término “selva” a una masa boscosa típica de zonas tropicales, pero en este post vamos a entender porqué se denominan así, y, en concreto, conoceremos a fondo nuestra selva ibérica, la Selva de Irati, un espacio natural que recibe muchas visitas cada año. A continuación os contamos todo lo necesario para saber más sobre este precioso lugar, ¡tomad nota!
La Selva de Irati
La Selva de Irati se encuentra mayoritariamente en el norte de la Comunidad Foral de Navarra, si bien una pequeña extensión atraviesa la frontera con Francia. Su parte española se encuentra en el valle del río Irati, con las montañas de Roncesvalles y Orzanzurieta al oeste y el monte Orhi al este. Al sur encontramos la Sierra de Abodi, y al norte, el Pirineo oriental navarro y la frontera con Francia.
Para llegar a ella por el oeste podemos hacerlo por Orbaizeta a través del cierre del embalse de Irabia (con tres zonas de aparcamiento) y el valle de Aezkoa; en cambio, por el este accedemos por Ochagavía y el valle de Salazar, donde encontraremos el Centro de Interpretación de la Naturaleza de Ochagavía, que recomendamos visitar para obtener más información.
El entorno de Irati es un espacio natural con una extensión de 17.000 hectáreas que contiene tres reservas naturales: la reservas naturales de Mendilatz y de Tristuibartea, así como la reserva integral de Lizardoia. Además, es Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) desde 1990.
En Irati, los contrastes de colores son mucho más fuertes en otoño, y nosotros, que hemos vivido la experiencia en esta estación, te la recomendamos al 100%
Este espacio cuenta con un incalculable valor ecológico que lo hace realmente importante dentro de las etapas del Santiago de Compostela. Por las características de su vegetación, con uno de los bosques de hayas y abetos más grande y mejor conservado de Europa, es una verdadera explosión de colores y vida, dependiendo de la estación. Aparte de la vegetación, existen un montón de ecosistemas ocultos en la espesura del bosque, y por otro lado, a plena vista en sus abiertos y verdes pastizales. Ambos son el hogar de numerosas poblaciones de animales salvajes.
Patrimonio natural al detalle
En cuanto a la flora, destacar el haya común, así como el abedul, el sauce, el roble pubescente, el tejo, el acebo, el arce, el tilo y el serbal. Como conífera, hay que destacar el abeto blanco. De menor tamaño pero con gran protagonismo destacan la zarzamora y gran variedad de setas, así como musgos y helechos (“campo de helechos” es el significado de la palabra “irati” en euskera, que se usa además como nombre propio femenino). Además, en 2015 se descubrió una planta carnívora, la Drosera Rotundifolia, así como el Eriophorum Angustifolium, una planta lanuda, que hicieron que se incluyese a la Selva de Irati en un proyecto de protección europeo.
Irati es la morada de una gran familia de animales, desde mamíferos, aves, reptiles y especies endémicas
Toda esta vegetación da cobijo a la fauna que podemos encontrar en este espacio tan singular. Destacan las aves, como los reyezuelos, los pinzones, los petirrojos y demás. En peligro de extinción están el pájaro carpintero, el pito negro y el pico dorsiblanco, entre otros. Encontraremos también aves rapaces como el quebrantahuesos, el halcón peregrino o el águila real. También destacan, entre muchos, mamíferos como el desmán de los Pirineos, el zorro, el jabalí, la marta, el glotón, el corzo y el ciervo, cuyo celo o berrea se puede escuchar principalmente en otoño. Hay también algunos reptiles en peligro de extinción, y destacan la víbora hocicuda, el lagarto ocelado y la tortuga mora. No hay que olvidar otra especie endémica, el tritón pirenaico.
Patrimonio cultural, ¡que no falte!
Sí, también te podemos hablar de historia y cultura en la Selva de Irati. Ya en el siglo XVI Francia y España se debatían la “propiedad” de este territorio, tal vez por las ansias de deforestación que venía ya desde el siglo XV. El rey Carlos III, en el siglo XVIII, erigió una fábrica de armas y municiones, gracias a la cantidad de madera y minas de hierro disponibles en la zona. Con gran importancia económica hasta el siglo XIX, hoy se puede visitar.
Una localidad que no debe faltar en nuestra visita es Ochagavía, cuyo origen se remonta al siglo XI y conserva bellos ejemplos de arquitectura pirenaica. Además, en toda la zona podemos contemplar 15 de los 22 hórreos navarros, los hórreos del valle de Aezkoa, declarados hoy Bien de Interés Cultural (BIC).
Turismo activo
Por supuesto, muchas son las actividades de turismo activo que podemos practicar aquí, desde senderismo, montañismo, deportes en la nieve, paseos en bicicleta o BTT, “birdwatching”, escalada y descenso de cañones y demás. Distintos alojamientos rurales te esperan para ofrecerte todo su encanto y su rica gastronomía. Puedes saber más aquí.
En palabras de Ernest Hemingway, “siempre que me acuerdo de Irati se me ponen los pelos de punta”
Navarra es, sin duda, una región que, además del Camino de Santiago, su fiesta grande de San Fermín y sus vinos, te ofrece esta joya natural que solamente es superada en tamaño por la mencionada Selva Negra de Alemania. Para nosotros, peregrinos, es un complemento maravilloso si decidimos comenzar una aventura jacobea en Roncesvalles a través del Camino de Santiago Francés, disfrutando de la hermosa naturaleza de la Selva de Irati y de toda la magia del Camino de Santiago.
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