Vivir la experiencia de hacer el Camino de Santiago al menos una vez en la vida es una vivencia maravillosa. No obstante, hay que considerar ciertas cuestiones previas esenciales para que tu Camino sea genial. La primera de ellas, quizás, es la preparación física para hacer el Camino a pie, indispensable para disfrutar al máximo de esta experiencia única.
¿Cuáles son los consejos que debes tener en cuenta? ¿Qué calzado, mochila y ropa son más recomendables? ¿En qué época es más adecuado hacer el Camino a pie? En este post te daremos todas las respuestas y toda la información para estar en óptimas condiciones y exprimir tu experiencia jacobea al máximo.
Consejos sobre la preparación física para hacer el Camino a pie
Las distintas rutas jacobeas tienen sus particularidades: las hay más largas o cortas, más exigentes físicamente o más fáciles, de interior o de costa, etc… Además de caminando, también puedes hacerlas en bicicleta. Sea como sea, todas las rutas y formas de hacer el Camino tienen un factor común: preparación física previa. Así que, si vas a caminar hacia Compostela sigue los siguientes consejos para el Camino de Santiago a pie.
Preparación física previa
Nosotros te recomendamos que, al menos con un mes de antelación realices caminatas de unos 5 km al día. Si no puedes hacerlo diariamente, hazlo dos o tres veces a la semana, quizás aprovechando los días libres. Los primeros consejos que te podemos dar son los siguientes:
- Asesórate con un profesional: habla sobre el Camino con tu entrenador de gimnasio o con tu médico personal, sobre todo si tienes alguna patología o sigues algún tratamiento médico.
- Estiramientos musculares: tanto entrenando previamente como en el propio Camino, realiza estiramientos para evitar lesiones y mantener tus músculos flexibles. Recuerda: antes, durante, y después de caminar.
- Entrenamiento adicional: antes de iniciar tu peregrinación, asegúrate de hacer un entrenamiento para el Camino de Santiago que fortalezca piernas y espalda. Tal vez puedes ir al gimnasio, o bien comenzar a caminar con mochila con cierto peso.
- Ejercita tu cuerpo y mente con caminatas largas: acostúmbrate a caminar distancias largas para mejorar tu resistencia y adaptarte al ritmo del Camino. De 5 km para arriba, aumentando progresivamente las distancias, y sobre distintos terrenos: senderos, bosques, montaña, asfalto, etc. Haz alguna ruta de senderismo por tu zona.
Una vez te hayas entrenado adecuadamente, hay que realizar el inventario del equipo necesario que debes llevar para hacer el Camino de Santiago a pie. ¿Hacemos la mochila?
Escoge el mejor calzado para hacer el Camino a pie
Elige un calzado cómodo y adecuado para tu tipo de pie. Recuerda, y muy importante, ha de ser calzado utilizado previamente. No estrenes calzado en el Camino, sean zapatillas deportivas o botas de trekking: si son nuevas, son las mejores amigas de las ampollas. Si quieres saber más, consulta nuestra guía completa del calzado para el Camino de Santiago. Incluye también calzado cómodo para descansar en tu final de etapa.
La importancia de una mochila y ropa cómodas
Opta por una mochila ergonómica y ligera, y elige la mejor mochila para tu aventura jacobea: será tu principal compañera jornada tras jornada. En función de la longitud de la ruta y el número de etapas que vayas a hacer, llevarás una mochila de mayor o menor tamaño. Muy importante: lleva funda antilluvia para tu compañera de Camino.
En cuanto a la ropa, asegúrate que sea transpirable y cómoda, y sobre todo, adecuada a la época y clima que preveas encontrar. No olvides nunca llevar un chubasquero y algo de ropa de abrigo, sea cual sea la época del año. Muy importante es también llevar unos calcetines adecuados, sobre todo para evitar ampollas. También es muy recomendable, y tal vez te parezca una tontería, llevar rodilleras y tobilleras: dan calor y sujeción a tus articulaciones inferiores, previniendo lesiones. Por último, consulta el parte meteorológico siempre.
Accesorios que no pueden faltar en tu Camino
Además de lo mencionado anteriormente, hay accesorios que tampoco deberás olvidar. Toma nota:
- Neceser: obviamente, como en todo viaje, hay que llevar artículos de aseo.
- Botiquín básico: lleva un kit de primeros auxilios con tiritas, desinfectante, analgésicos, antiinflamatorios, medicación que estés tomando, crema solar y artículos para tratar las temidas ampollas.
- Bastón de senderismo: no todos los peregrinos los llevan, pero son útiles para contrarrestar la carga en las rodillas, mejoran el equilibrio y dan seguridad en terrenos húmedos.
- Gorra y gafas de sol: protégete de la exposición al sol. En el Camino cogerás algo de color, pues no deja de ser una actividad al aire libre. Ten especial cuidado en verano, pues no es el primer peregrino/a que vemos que se metamorfosea en un camarón.
Además, si vas a hacer el Camino en albergues, lleva saco de dormir y chanclas. Todo lo que hemos mencionado lo puedes conseguir en cualquier tienda deportiva.
Descansa y no fuerces tu resistencia
No te exijas más de la cuenta. Escucha a tu cuerpo y toma pausas cuando lo necesites. El descanso es clave para evitar lesiones. El Camino no es una competición y no debes tener prisas, que a veces son muy malas compañeras.
Estáte tranquilo, una vez estés haciendo el Camino, el Apóstol, la Catedral y la ciudad de Santiago te llevan esperando desde hace siglos. Si, además, tienes reserva previa en tus alojamientos de fin de etapa, ¿para qué correr?
¿Qué época es la mejor para hacer el Camino de Santiago a pie?
La mejor época para hacer el Camino a pie depende de tu disponibilidad y preferencias. La primavera y el otoño son ideales debido al clima moderado. El verano ofrece temperaturas más altas y es cuando el Camino está más concurrido. Por su parte, el invierno puede ser frío y lluvioso, pero ofrece una experiencia más tranquila.
Disfruta plenamente de tu Camino de Santiago a pie
En resumen, la preparación física para el Camino a pie es crucial. Sigue estos valiosos consejos para hacer cualquier ruta jacobea caminando. No olvides escoger el calzado adecuado, vestir adecuada y cómodamente, no olvidar los accesorios esenciales, elegir la época que mejor se adapte a ti y escuchar a tu cuerpo.
Recuerda, en el Camino de Santiago no hay prisa, es una experiencia que hay que saborear poco a poco y paso a paso. Sigue nuestros consejos, prepárate bien y… ¡disfruta de esta aventura única! ¡Buen Camino!