Cuando nombramos Toscana nos vienen a la cabeza esos prados inmensos, con colores lavanda, verde y amarillo, viñedos y pequeños pueblos donde perderse, en definitiva, un lugar donde desconectar. ¿Te apetece una ruta por la Toscana?
Pero la Toscana es mucho más que eso. Esta región de Italia, una de las 20 que conforman esta república, está localizada en el centro de Italia y su capital es Florencia, en ella vamos a poder disfrutar del arte, la historia, la gastronomía y su peculiar geografía desde el inicio hasta el final del viaje.
Por esa razón, y porque hay tanto que ver, os proponemos un recorrido por 12 lugares que no podemos dejar de ver si viajamos a la Toscana. Un paseo que nos llevará desde Florencia hasta la Isla de Elba, pasando por Pisa, Siena o San Gimignano y que cambia en cierta manera de aires con respecto a La Ruta del Camino de Santiago, la que recomendamos que recorráis antes o después de visitar Italia.
¿Cómo llegar a la Toscana?
La privilegiada situación de la Toscana hace que tanto por carretera, como en avión, tren o barco, podamos llegar a nuestro destino. Obviamente, lo más fácil es volar en avión y alquilar un coche porque, si queremos perdernos de verdad en la Toscana y explorar sus rincones, el coche será nuestro mejor aliado.
En avión aterrizaremos en el Amerigo Vespucci de Florencia o en el Galileo Galilei de Pisa. Son muchas las compañías aéreas que tienen vuelos directos hasta aquí y desde muchos lugares de nuestra geografía, además Madrid y Barcelona, Bilbao, Málaga o Sevilla también ofrecen esta posibilidad.
¡Vamos allá!
En coche tardaremos desde Madrid, por ejemplo, unas 22 horas haciendo turnos, por lo que esta idea queda casi descartada si no tenemos muchos días para aprovechar la visita a la Toscana, no en vano son más de 1.600 kilómetros desde la capital y, algo más de 1.000 desde Barcelona.
Lo que es muy recomendable es alquilar un coche en el aeropuerto, o traerlo ya alquilado desde España, y coger una de las tres autopistas (A-1 Milán-Napoles; A-11 Florencia-Mar; y A-12 Génova-Livorno) que nos llevarán por el recorrido que hayamos planeado.
Si elegimos el tren o el autobús, tenemos que saber que no hay la posibilidad de viajar directo desde España. Lo que podemos hacer es informarnos aquí de los distintos trenes y autobuses que nos llevarán hasta los lugares que elijamos de nuestra ruta.
Las últimas opciones son llegar por mar, en ferry hasta el puerto de Livorno que conecta con algunos de los puertos españoles más importantes como Barcelona o Valencia, o en crucero, cuyas salidas son desde Barcelona, Valencia y Málaga. Aquí os dejamos un enlace para qué encontréis el ferry o crucero que más se adapte a vuestra planificación.
Los 10 lugares imprescindibles en la Ruta por la Toscana
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Florencia
Este museo a cielo abierto es la capital de la Toscana. Florencia es una ciudad que te envuelve desde el minuto uno, se respira historia, arte, misterio… en cada uno de sus rincones.
Imprescindible visitar la Piazza del Duomo, donde la Catedral florentina, la Campanile de Giotto y el Battistero de San Giovanni nos regalan la primera de las fotografías de nuestro viaje. Otra visita es a la Piazza della Signoria donde nos espera el Palazzo Vecchio y el museo de la Logia dei Lanzi.
Ponte Vecchio
Por supuesto, no dejaremos de ver el Ponte Vecchio, el puente más antiguo que queda en pie en Europa, que es atravesado por el río Arno. Allí aprovecharemos para dejar un candado como símbolo del amor eterno.
La Santa Croce, la iglesia de Santa María Novella, la Piazza de Michelangelo, las Capillas de los Medici construidas por Brunelleschi, o los jardines de Boboli, detrás del Palazzo Pitti son otros lugares que no debemos perdernos. En este jardín podremos descansar y admirar esculturas de mármol un obelisco egipcio o la fuente de Neptuno. Puede visitarse de lunes a domingo de 8:15 a 16:30 desde febrero a noviembre, de 8:15 a 19:30 en junio julio y agosto, en marzo de 8:15 a 17:30 y en abril, mayo y septiembre hasta las 18:30. Cierra el primer y último lunes de cada mes y la entrada para los adultos cuesta 7 euros, para los jóvenes de 18 a 25 años 3,50 euros y los menos de 17 años acceden gratis.
En el Museo dell’Opera del Duomo, que en sus inicios fue taller para los artistas de la época, encontraremos obras de Brunelleschi, Donatello (María Magdalena) o Miguel Ángel (La Piedad de Bandini), quien realizó aquí su famoso ‘David’ que, sin embargo, se encuentra expuesto en la Galería de la Academia, otro lugar de obligada visita.
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Pisa
Es inevitable que cuando nombramos Pisa, lo primero que nos venga a la cabeza sea su famosa torre inclinada. Obviamente, será lo primero que veamos pero esta ciudad tiene mucho más que ofrecer.
En la Piazza dei Miracoli, encontraremos tres monumentos excepcionales, la Torre de Pisa, no olvidemos que ésta es el campanario de nuestra segunda parada, la Catedral, para cerrar con la visita al Baptisterio.
Arranquemos hablando de la Torre de Pisa, un monumento del siglo XII que gracias a la escasa pericia de sus arquitectos, se convirtió en uno de los monumentos más visitados del mundo. No podemos dejar de hacernos la típica foto con la torre y visitar su interior. La entrada cuesta 18 euros, te recomendamos que las reserves con antelación porque en puentes, verano y otras festividades, puedes tardar hasta tres horas en acceder. Los horarios de visita son junio, julio y agosto de 8:30 a 22 horas; en abril, mayo y septiembre de 9 a 20 horas; en marzo de 9 a 18 horas, en octubre de 9 a 19 horas, en noviembre y febrero de 9:40 a 17:40, y en diciembre y enero de 10 a 17 horas.
El Battisterio
El Duomo di Pisa, o lo que es lo mismo, la Catedral, arrancó su construcción en el 1064 y fue en 1.118 cuando se consagró. En ella está alojado el Museo dell’Opera del Duomo donde veremos pinturas, objetos litúrgicos y esculturas.
El Battistero di Pisa o Baptisterio es el más grande de toda Italia, con 55 metros de alto y 34 de diámetro. Construido en mármol, comenzó su levantamiento en el 1.152 y se terminó en 1.363 y al estar construido en el mismo terreno que la Torre, también está inclinado. La pila bautismal octogonal que hay en su interior, bien merece una visita.
Además de estas tres joyas, podemos visitar la iglesia de Santa María della Spina; el Ponte di Mezzo o Puente del Medio; el Museo delle Sinopie, donde veremos sinopias, unos dibujos de la edad media realizados en pergamino o papel que han sobrevivido hasta hoy en día; la Piazza dei Cavalieri, la segunda más importante de la ciudad, tiene como edificio principal el Palazzo della Corovana; y el Museo de San Mateo, en el que veremos obras de los siglos XII al XVII y restos arqueológicos que lo convierten en uno de los museos más representativos del arte medieval europeo.
Finalizamos la visita conociendo el Palazzo Blu o Palacio Azul, en el centro de la ciudad, y el barrio de Santa María, donde podremos perdernos por sus calles e ir descubriendo más de la arquitectura de esta preciosa ciudad, otrora potencia marítima y hoy en día fuente de cultura.
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San Gimignano
Este precioso pueblo medieval nos deja una de las postales más bonitas de la Toscana. Los viñedos que rodean la muralla con dos de las trece torres que aún se conservan, levantándose sobre todo lo demás, hacen que la visita a San Gimignano nos traslade a otra época, a hace más de 900 años, cuando la urbe estaba en su máximo esplendor.
San Gimignano, cuya visita deberíamos hacerla fuera de la temporada ‘alta’ (verano y puentes) para evitar masificaciones, está ligada directamente a sus vinos, por lo que catar los grandes blancos de Vernaccia de la zona es algo que no debemos dejar pasar además de visitar el museo dedicado a este caldo.
Plaza de la Cisterna
Arrancamos la visita en la Porta San Giovanni para seguir la calle hasta la Plaza de la Cisterna en la que están los edificios más importantes de la localidad, que hoy en día cuenta con unos 8.000 habitantes. Aquí encontraremos varios Palazzos, Tortoli, del Podestà, Ridolfi o Lupi, con la torre del Diablo, y el Arco dei Becci. Aquí deberemos parar en la Gelateria Dondoli, la mejor heladería del mundo, como ha sido premiada en numerosas ocasiones.
Muy cerca está la colegiata de Santa María Assunta cuyos frescos nos van a sorprender. No podemos olvidarnos de sus torres. En su época álgida contó con más de 70, hoy en día quedan 13, y son ellas las que le confieren un perfil único más propio de una ciudad del siglo XXI que del medievo. La Torre Grossa, la más alta con 54 metros, desde donde nos regalaremos una vista espectacular, y la Torre Rognosa, la más antigua, son dos de las que podremos ver.
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Siena
El Palio de Siena es la atracción turística más conocida de esta preciosa y sorprendente ciudad de la Toscana. Esta carrera de caballos que enfrenta a distintos distritos de Siena, se celebra el 2 de julio y el 16 de agosto en honor a la Virgen de Provenzano y a la Asunción de la virgen, respectivamente. Pero Siena es mucho más.
Nacida en la época etrusca hacia el 900 a.C., logró su momento álgido en los siglos XII y XIII gracias a los romanos. Siena es una ciudad que atrapa desde el primer momento. Nuestra visita arranca en la iglesia de San Domenico, de un estilo gótico sorprendentemente sobrio. Nos adentraremos en la via Bianchi di Sopra y la vía de la Citta, las dos calles principales de Siena, donde turismo, comercio y arquitectura se aúnan.
Las plazas
Una de las primeras plazas que veremos será la llamada Salimbeni, donde se ubica el palacio que lleva su mismo nombre, aunque la más importante es la Piazza del Campo. Aquí te va a sobrecoger su arquitectura, es monumental, única, una de las más bonitas que vas a ver en el mundo. Además es el lugar donde se lleva a cabo la fiesta del Palio y podemos imaginarnos a los caballos haciendo retumbar el suelo, un espectáculo grandioso.
Encontramos aquí la Torre de Mangia, con 102 metros de altura, del Palacio Publico, sede del ayuntamiento. Si te atreves, sube los 505 escalones de la torre para disfrutar de la panorámica de Siena.
En la plaza del Duomo podrás visitar el Baptisterio de San Juan donde la riqueza y los detalles de la pila bautismal o la Fiesta de Herodes de Donatello dejan al visitante sin palabras por su belleza. En el Duomo no dejes de visitar el Museo de la Opera y subir al Panorama, un mirador que te dará otra panorámica de Siena inolvidable.
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Comarca Chianti
Los amantes del vino no pueden dejar de visitar este conjunto de localidades en las que castillos y bodegas, con la marca Gallo Nero, símbolo del auténtico Chianti, nos regalan paisajes de ensueño.
Este valle, en la que las vides nos van a acompañar todo el camino, está repleto de bosques interminables con encinas, robles o castaños, con flores multicolor y pueblos medievales preciosos y únicos.
Greve in Chianti, con una peculiar plaza triangular; Radda in Chianti en el que podemos ver el Palacio del Podestà y el viejo castillo; Castellina in Chianti que está atravesada por la via delle Volte; Gaiole in Chianti en la que encontraremos los castillos de Fonterutoli y San Leonino; o Montefiorale donde, muy cerca, veremos la abadía de Passignano, son sólo algunos ejemplos de lo que vamos a encontrar en esta preciosa zona.
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Colle di Val d’Elsa
Este pequeño pueblo, dividido en dos zonas, Colle Alta y Colle Baja, es conocido como la ‘Bohemia de Italia’, ya que en ella se concentran los grandes productores de la industria del vidrio.
En esta preciosa ciudad podemos visitar el Duomo, con el impresionante reloj del campanario, la Piazza principal, llamada Arnolfo, donde los viernes podemos visitar un mercado, el Palazzo dei Priori en el que visitaremos el Museo Sagrado y de Arte Cívico, el que fuera el conservatorio de San Pietro del Vasario, el museo Ranuccio Bianchi Bandinelli y, por supuesto, el Museo del Cristal.
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Val d’Orcia
Este Valle del Orcia es Patrimonio Mundial dela Humanidad de la UNESCO. Con esta carta de presentación nos podemos imaginar la belleza que entraña esta zona en la que el paisaje, modelado por los años, y las construcciones, forman un todo perfectamente integrado. Es la estampa típica de la Toscana, es la esencia de nuestro viaje.
Algunos de los pueblos que podemos visitar son Montalcino, Pienza, San Quirico, Castiglione d’Orcia o Radicofani, aunque lo ideal es mirar un plano de la zona y hacernos nuestra propia ruta. Y en todos ellos, los vinos y la gastronomía, con los quesos, setas, trufa, pastas, embutidos o aceite de oliva ecológicos como protagonistas absolutos.
Olivos, viñedos, cipreses, castaños… son nuestros compañeros de viaje dándonos la paz y la calma que han hecho de Val d’Orcia un referente paisajístico en la época renacentista. Armonía es lo que define este paseo que, recomendamos, hacerlo en coche para parar en cada rincón y perdernos en estos ecosistemas tan especiales.
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Terma Libere di San Filippo y Terma de Saturnia
En Val d’Orcia se encuentran muy cerca una de otra estas termas. La primera, la di Dan Filippo es unas de las más curiosas de la Toscana por sus formaciones calcáreas, fruto de las cálidas aguas termales sulfurosas que han dado alivio a muchos visitantes desde la Edad Media.
Es recomendable no acudir los fines de semana o en épocas como verano o puentes, ya que encontraremos mucha gente. En ellas podemos tratarnos problemas de piel, pulmonares, articulares… además de disfrutar de una envoltura en barro terapeútico y de la calidez de la terma.
La Terma de Satunia, con agua a 37 grados todo el año, se origina en el riachuelo Gorello, en el Monte Amiata. Allí encontraremos la Cascada de Gorello y la del Molino como parte de un paisaje único que las aguas han ido modelando a lo largo de los años. Dos opciones para relajarse, muy a tener en cuenta en este viaje por La Toscana.
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Pitigliano, Sorano y Sovana
Estos tres pueblos, Pitigliano, Sorano y Sovana, situados muy cerca el uno del otro, se encuentran en la zona de la Maremma, y son una visita muy interesante de una de las zonas menos exploradas de la Toscana.
Pitigliano
Al más conocido, Pitigliano, se le llama la ‘Pequeña Jerusalem’, debido al gran número de judíos que lo habitaron en el siglo XIX. Aquí podemos admirar la plaza Petruccioli, entrada al cascoi histórico, en el que encontramos el Palazzo Orsini que acoge el Museo arqueológico, el archivo diocesano y la biblioteca, además de poseer un patio y un pozo hexagonal que son muy curiosos.
El acueducto mediceo del siglo XI con 15 arcos nos señala el camino hasta la Fortaleza Orsini. Seguimos el recorrido hasta llegar al Duomo de San Pietro e Pablo situada en la plaza Gregorio VII, con un campanario que destaca sobre el conjunto.
En el barrio judío contemplaremos la Sinagoga y nos adentraremos en las cuevas de Vie Cave di Pitigliano, donde recorreremos la historia de las grutas excavadas por los etruscos.
Sorano.
Es nuestra siguiente parada, un pueblo peculiar de origen etrusco a orillas del río Lente. Arquitectura militar en estado puro, entramos por la Porta di Sopra para encontrarnos con la Catedral del siglo XIV. No debemos olvidarnos de vivitar el parque arqueológico, con arquitectura rupestre diga de admirar y tumbas que nos resulktaran fascinantes.
Sovana.
Es la tercera parada de las denominadas Ciudades de Toba volcánica o Città del Tufo, en ella encontraremos la necrópolis, en la que las espectaculares tumbas, sirva como ejemplo la Tomba Ildebranda, la más grande encontrada hasta la fecha, que los etruscos excavaron en las rocas nos dejarán sin palabras; el asentamiento rupestre de Vitozza y el conjunto rupestre de San Rocco, son dos visitas obligadas por su incalculable valor histórico; y el Museo del Castillo Orsini, con una colección singular de cerámica de la zona de la Edad Media y el Renacimiento.
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Volterra
Ciudad de referencia de la Toscana, Volterra es un espacio único en el que nos recrearemos con arquitectura etrusca, romana y del medievo. Es fantástico perderse por sus calles y disfrutar de cada rincón en los que se respira historia.
La entrada
Para entrar en este pueblo tendremos que subir una empinada cuesta ya que, como curiosidad, se encuentra situada a más de 500 metros sobre el nivel del mar y enseguida tendremos ante nuestros ojos el Palazzo dei Priori, el más antiguo de la Toscana y que sirvió de inspiración en la construcción del Palacio Vecchio de Florencia.
Las puertas de acceso a la ciudad, la de San Francesco o la Florentina, están perfectamente conservadas, lo mismo que la muralla del siglo XII, que conserva el encanto de aquellos días en los que protegió a Volterra.
En la Plaza de San Giovanni encontraremos la Catedral de la Asunción y el Baptisterio, con forma octogonal y del siglo XII. Aquí hay un mirador desde el que se ve buena parte del paisaje que rodea a esta emblemática ciudad.
En el parque arqueológico Enrico Fiumi, situado en la Piazza Martiri della Livertà, veremos los restos de la acrópolis etrusca y los restos romanos. Al fondo se ve la fortificación, una de tantas que los Medici construyeron para salvaguardar sus propiedades y territorios.
No podemos dejar de visitar el Teatro Romano situado fuera de las murallas y terminar la visita entrando en Volterra para deleitarnos con el Museo Etrusco Guarnacci, el Museo Cívico y el Museo del Alabastro.
Recomendaciones para visitar la Toscana
Infórmate de horarios y venta o reserva de entradas de los monumentos más populares, sobre todo si viajas en épocas de máxima afluencia de visitantes.
Tómate tiempo en cada ciudad para descubrir cada rincón, hablar con los lugareños y conocer las ‘otras’ historias que ellos puedan conocer.
Hay muchos restaurantes en los que comer bien y por poco dinero. Los encontrarás paseando por las calles de puebles y ciudades.
Planea tu ruta con antelación para ver perfectamente cada lugar y no ir a la carrera.
Si tienes tiempo, visita la isla de Elba, es un paraíso cultural y biológico que forma parte de la Toscana y que merece mucho la pena conocer.
Si vas a alquilar un coche, que es muy recomendable, compara precios y hazlo desde España con antelación para no llevarte sorpresas.
Busca alojamientos rústicos, tienen mucho encanto y muchos de ellos están genial de precio.
Usa ropa cómoda y calzado apropiado porque muchas ciudades tienen calles empinadas o de piedra y más vale ir bien preparado.
Mediada la primavera es cuando la vid comienza su floración, puede ser un buen momento para visitar las zonas de la Toscana que están rodeadas de viñedos y disfrutar del paisaje.
Ten paciencia, disfruta y empápate de historia, cultura, paisajes, gastronomía, vinicultura… este viaje es para los sentidos, no tengas prisa.
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