Seguramente alguna tarde lluviosa o algún tedioso domingo los has ocupado jugando a juegos de cartas o de mesa como el parchís, el ajedrez, las damas o la oca. Este último, el Juego de la Oca, tiene un misterioso origen y, además, está relacionado con el Camino de Santiago. De hecho, al tirar los dados y al pasar de casilla en casilla estás peregrinando a Compostela en un viaje de ida y vuelta, a través de un mapa simbólico en cuyo significado nos vamos a iniciar en este artículo.

Una versión medieval del Juego de la Oca

El origen

No hay nada claro en cuanto al origen del Juego de la Oca, pero sí que hay teorías que pueden explicar la génesis de este juego; una de ellas, relaciona el juego de mesa con un mapa simbólico del Camino de Santiago. Vamos a verlas.

En primer lugar, podría tener relación con el Disco de Phaistos o Festos, una pieza de arcilla circular de unos 16 centímetros de diámetro y 2 centímetros de espesor, cocida a altas temperaturas. Descubierto en 1908 en las ruinas del Palacio de Creta (Grecia), está datado entre el 1700 y el 1580 a.C. Tiene 61 palabras, 31 en un lado y 30 en otro, acompañadas de dibujos como las ocho aves que se pueden apreciar, tal vez ocas. Podría ser, pues, un tablero de juego con cierta similitud con el Juego de la Oca.

El disco de Phaistos

Otra atribución de su origen es medieval, concretamente en relación relacionada a la Orden del Temple, creada en 1118 para proteger a los cristianos europeos en peregrinación. De hecho, esta versión cuenta que el Juego de la Oca sería un mapa criptográfico del Camino de Santiago que sirve de guía sólo a iniciados templarios. Se relaciona también con los maestros constructores, quienes dejaban inscripciones secretas en iglesias, catedrales, monasterios y demás construcciones, como lo que podemos encontrar en el pavimento de la plaza de Santiago de Logroño, en pleno Camino de Santiago Francés, al lado de la iglesia de Santiago.

El ejemplar más antiguo conocido del Juego de la Oca no es medieval, sino que es el juego de mesa regalado por Francisco I de Médici de Florencia a Felipe II de España en la segunda mitad del siglo XVI, que causó furor en la época. De origen veneciano es el ejemplar en madera del año 1640, el más antiguo que se conserva. Es a partir de 1880 cuando el juego se populariza y comienza a tener éxito entre todos los públicos.

Francisco I de Medici

Su relación con el Camino de Santiago

El origen templario del Juego de la Oca es quizás la teoría más arraigada en el imaginario popular, y de hecho, en la toponimia del Camino de Santiago Francés encontramos algunas localidades con el término “oca” o cuyo nombre se refiere a un ganso, como Villafranca Montes de Oca, El Ganso, Puerto de Oca, Villa de Ocón, etc. Además, la forma de la pata de oca la podemos encontrar en el Cristo de la Pata de Oca, un crucifijo que podemos visitar en la iglesia del Crucifijo de Puente La Reina (Navarra).

la iglesia del Crucifijo de Puente La Reina (Navarra)

Como afirma Manuel Loureiro, a priori el tablero sería un mapa donde se dejaba constancia de los puntos más peligrosos del Camino de Santiago, de tal forma que se facilita así su memorización y, “cuando los peregrinos estuvieran haciendo el camino, fuesen por la ruta correcta”. Hay que tener en cuenta que en la Edad Media la mayoría de la gente no sabía leer, y al igual que las iglesias eran como una Biblia en piedra, fácil de entender, lo mismo ocurría con el juego de la oca, pues era como una guía para evitar peligros pero representada en un mapa.

¿Tiramos los dados? “De oca en oca, y tiro porque me toca”

El Juego de la Oca es un tablero rectangular con una espiral dentro en la que hay 63 casillas. Cada una de ellas tiene su numeración y un dibujo, y tienen significados y normas. Las primeras 32 casillas serían el viaje de ida a Santiago de Compostela desde la frontera con Francia, mientras que las otras restantes serían la vuelta. Muchas veces no existía tablero como tal, sino que se dibujaba en cualquier superficie y se jugaba.

Saint Jean Pied de Port

Las casillas 1, 5, 9, 14, 18, 23, 27, 32, 36, 41, 45, 50, 54, 59 y 63 son muy importantes, pues contienen una oca, animal que domina los tres elementos: tierra, aire y agua, capaz de andar, volar y nadar. Considerado en la mitología como un animal sagrado, es también protector de las casas. Cada vez que se cae en una oca, seguimos tirando y jugando.

Las casillas 6 y 12 son un puente, algo que nos ayuda a evitar un obstáculo, y separarían lo mundanal de lo celestial; se cree que el primer puente podría ser el de Puente La Reina (Navarra). La casilla 19 sería la posada, donde deberemos descansar para nuestro camino, si bien perderemos una jornada.

Las casillas 26 y 53 son el azar, representado por los dados, que pueden suponer que avanzemos o retrocedamos. La casilla 31 es el pozo, que representa los días malos en tu peregrinación y, por extensión, quizás los pecados. La casilla 42 es el laberinto, que hace que te pierdas y retrocedas, pues en la Edad Media los caminos eran confusos y podrías extraviarte. Por su parte, la casilla 52 sería la cárcel, que en la Edad Media sería el Hospital de San Marcos de León.

La casilla 58 es la muerte, aunque también el renacer, pues vuelves a la casilla de salida a comenzar de nuevo el camino. Por último, la casilla 63 sería Santiago de Compostela, incluso el Finisterrae para algunos, el final de un iniciado y el inicio de un iluminado.

El Juego de la Oca actual

“De puente a puente, y tiro porque me lleva la corriente”

En nuestro artículo sobre diferentes tiendas donde puedes comprar el material para tu Camino de Santiago te hablamos de Ideas Peregrinas, una tienda física y online situada en Tui, en los últimos 100 kilómetros del Camino de Santiago Portugués, donde podrás adquirir un Juego de la Oca muy jacobeo. Y quién sabe, si echas unas partidas al Juego de la Oca tal vez te apetezca vivirlo en la realidad, realizando algún Camino de Santiago. ¿Jugamos?