Información sobre Fisterra
Fisterre significa “el fin de la tierra” así que este pueblo está rodeado de un gran misterio y es muy popular por esta antigua creencia, la de contemplarlo como el final absoluto del territorio. La villa se encuentra rodeada por el mar en tres puntos así que la costumbre pesquera forma parte del ADN cultural y social de esta tierra. El Cabo de Finisterre es el punto más extremo del lugar, es visitado muy frecuentemente para el disfrute de la espiritualidad, la magia emblemática que envuelve la leyenda de este lugar determinado como el último resquicio de la tierra.
Cabe recordar también que este fue un punto previo de peregrinación antes del descubrimiento de la tumba del Apóstol, así que muchas personas apuestan por hacer una parada de igual importancia en este punto durante su viaje a Santiago de Compostela. Desde luego, se trata de un remanso de paz y misticismo en todo su esplendor.
Qué ver y hacer en Fisterra
El Cabo Fisterra o Finisterre
El famoso Cabo que se asocia al fin de la tierra parte de un acantilado en ascensión desde los islotes de O Petonciño y de A Centola hasta el monte de O Facho. Se dice que en esta ubicación se encuentra el Ara Solis de la antigüedad, asociada a las tribus celtas que habitaban la zona, para la celebración de los ritos solares. Parece que cuando los romanos llegaron a este lugar se sintieron sobrecogidos por la belleza de las eternas puestas de sol sobre el mar, y con ellos se continuó esta leyenda de tintes místicos que todavía envuelve la zona a día de hoy.
Es una de las zonas más populares e interesantes del norte de Galicia y una parada obligatoria para todo peregrino o viajero. La mezcla de espiritualidad con la belleza del paisaje ofrece momentos únicos a todo el que decide acercarse al popular Cabo Fisterra.
El mirador del Faro
Para llegar al mirador del Faro se debe hacer un pequeño desvío de Fisterra, que merecerá mucho la pena. En el trayecto se puede disfrutar de unas hermosas vistas de la costa y de la ría de Corcubión. Al encuentro con el Faro se puede aprovechar la visita para contemplar el cementerio municipal, que es una obra del arquitecto Cesar Portela, una construcción de inmensa belleza al borde del mar. El momento ideal para esta excursión puede ser al atardecer, mientras la luz del sol crea su propio espectáculo.
La ermita de San Guillerme
Hay otro mágico lugar cerca del Faro de Fisterra que conviene visitar una vez se decide acudir a la zona. Se trata de las ruinas de la ermita de San Guillerme, esta zona también tiene su propia mitología, ya que se le atribuyen beneficios relacionados con la fertilidad. Es una longeva tradición la de acudir a este punto en busca de un empujón para buscar la descendencia deseada por parte de las parejas que tienen esta dificultad. Quién sabe, nada se pierde por probar.
La playa de Langosteira
Esta bonita playa se encuentra al final del pueblo de Fisterra y es una de las conocidas y visitadas, su encanto atrae a viajeros y residentes de la zona muy a menudo. Tiene unos 2 km de extensión y presenta aguas calmas y cristalinas. Para muchos es una de las más bonitas de toda Galicia y merece la pena disfrutarla. Está rodeada de hermosos pinares que ofrecen un entorno todavía más natural, que permiten resguardo en su sombra los días de verano.
El Camiño dos Faros
Para los amantes del senderismo también hay posibilidades en este bonito pueblo y se trata, en concreto y como mayor reclamo, del Camiño dos Faros. Es una ruta de senderismo que se divide en 8 etapas, tiene una extensión de unos 200 km y une Malpica de Bergantiño con Fisterra. Es un tránsito que se recorre siempre por la costa, divisando los mejores paisajes naturales compuestos por playas, acantilados y faros identificativos de la Costa da Morte. Existen diferentes rutas más cortas o amplias para diferentes tipos de caminantes, según su condición física. Todas ellas proporcionan un encanto y belleza sublimes que merece la pena comprobar y experimentar por uno mismo.
Las delicias gastronómicas del mar
Como pueblo pesquero por excelencia Fisterra ofrece una gran riqueza gastronómica, especialmente en todo producto derivado del mar. Puede ser un punto ideal para probar el pulpo a la gallega, las caldeiradas marineras y todo tipo de mariscos. Seducirá a todo aquel que desee catar la cocina tradicional gallega y encontrar una materia prima fresca que degustar con tiento. Para esto no será necesario buscar con esmero, cualquier restaurante proporcionará manjares que estén a la altura del comensal.
