Información sobre Ponte Maceira
La pequeña localidad de apenas 70 habitantes de Ponte Maceira es la primera parada obligatoria cuando vamos más allá de la catedral de Santiago. Como primer atractivo del camino de Finisterre, el comienzo no podía ser mejor, y es que esta pequeña aldea esconde naturaleza, historia, arte y una de las mejores vistas de la zona.
Construído alrededor de un magnífico puente de origen romano sobre el río Tambre, este magnífico pueblo rural se rodea de un entorno natural difícil de igualar, entre el correr del río y el verde de los bosques gallegos que rodean todo el complejo.
Cuenta la leyenda que, huyendo los discípulos del apóstol Santiago el Mayor de los romanos, cruzaron este magnífico puente. Según la historia, el puente se vino abajo justo después como se cerraban las aguas de Moisés, para dejar caer a sus perseguidores al río.
Qué ver y hacer en Ponte Maceira
A Ponte Vella
Siendo el principal atractivo turístico de esta localidad, este puente fue edificado en el siglo XIII sobre los pilares del antiguo puente romano de la leyenda, y el resultado es fascinante, con sus tres metros de ancho sobre el romper de las aguas del río Tambre. Este lugar es, quizás, uno de los puentes rurales más bonitos del país, y viene cargadito de leyendas, como la de los apóstoles de Santiago el Mayor, o la de la batalla entre las tropas del arzobispo de Compostela y los hombres de Pedro Froizal de Trava.
Pazo de Balandrón
Pese a que se trata de una propiedad privada, este Pazo se puede ver desde fuera y apreciar el maravilloso conjunto arquitectónico que representa. Construído entre los años 1945 y 1955, este pazo señorial posee un gran jardín con un pombal y varios hórreos rodeando el muro de piedra.
Iglesia de San Brais de Portor
Esta pequeña capilla parroquial se sitúa en la misma Ponte Maceira, y data del siglo XVII, aunque fue reformada en el siglo XX. Tiene una pequeña y graciosa espadana sobre el muro sur de la capilla y un ábside neorrománico.
Molinos Muiños
Estos molinos, aunque pertenecen a la partida territorial de Negreira, se encuentran a ambos lados del río Tambre, al cruce de A Ponte Vella. Se trata de unos molinos de parcería en perfecto estado y que se usaban de forma comunal, ya que cada familia tenía una quenda de utilización durante un tiempo.
