Comenzarás tu primera etapa del Camino a Finisterre en bicicleta desde la misma plaza del Obradoiro. En primer lugar debes acudir al punto de encuentro acordado para recoger la bicicleta en nuestra tienda colaboradora (te indicaremos el horario de apertura matinal). Una vez recogida, dirígete a la Plaza del Obradoiro para comenzar la ruta. Dejando la Catedral a tu espalda verás una calle que baja justo frente al Hostal de los Reyes Católicos, a la derecha de la Plaza del Obradoiro. Ahí comienza tu Camino. Has de saber que todavía no encontrarás mojones, pero sí flechas amarillas pintadas en el suelo.
Bajando Rúa das Hortas, superarás un cruce con semáforos y entrarás en la Rúa Poza de Bar, a la que sigue la Rúa de San Lourenzo. Al final de ésta, encontrarás un mojón que indica el kilometraje para Finisterre (89,586 km). A las puertas del Campus Universitario Sur, en la Carballeira de San Lourenzo, te dirigirás al puente sobre el río Sarela.
Tras salir de la ciudad, la ruta discurre a través de prados y bosques de pinos y eucaliptos, hasta llegar a uno de los pueblos más bonitos de la etapa, Ponte Maceira. Esta pequeña localidad de poco más de 60 habitantes, puede presumir de pertenecer a la red de Pueblos más bonitos de España. Goza de un entorno idílico al estar situada en el curso del río Tambre, donde destaca su gran puente de piedra de origen romano. Son muchas las leyendas que circulan sobre este antiguo puente, como la que cuenta que en la persecución de los romanos a los discípulos del Apóstol Santiago, el puente se vino abajo por intervención divina, acabando con los perseguidores; el escudo del Ayuntamiento de Negreira representa este episodio.
Tras pasar Ponte Maceira, sólo restan unos pocos kilómetros para llegar a Negreira, donde encontrarás todos los servicios necesarios. Puedes visitar su monumento más emblemático, el Pazo de Cotón. Asociado a esta fortaleza medieval encontraréis la capilla de San Mauro, conocida en la actualidad como capilla do Cotón.
Continuando hacia A Picota, disfrutarás de un paisaje totalmente rural, atravesando grandes prados, inmensos bosques de árboles autóctonos y pequeñas aldeas en las que la amabilidad de sus gentes te dará impulso para llegar a la meta. Unos kilómetros antes de llegar al final, podrás admirar las increíbles vistas del embalse de A Fervenza, en el descenso del Monte Aro.
A Picota es un entorno rural que ha sufrido durante años los males de la despoblación. No obstante, hoy en día cuenta con todos los servicios para descansar y recuperarse después de esta larga etapa.
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