Casa Avelina es una de esas paradas obligadas que enriquecen la experiencia de los peregrinos en el Camino de Santiago. Con más de un siglo de historia, este modesto bar de carretera y estanco ha sido testigo de miles de historias de vecinos y peregrinos, y se ha ganado a pulso el título de “templo de hospitalidad” presente en las rutas jacobeas. Ningún peregrino debería dejar de hacer una parada aquí, donde la generosidad y el cariño de sus dueñas hacen que uno se sienta como en casa.

Casa Avelina

Tras superar el punto más alto del Camino Inglés, Casa Avelina es un oasis para el descanso del peregrino

¿Dónde está Casa Avelina en el Camino Inglés?

Casa Avelina se ubica a pie de ruta en As Travesas (Concello de Carral), justo en el punto donde confluyen los dos itinerarios del Camino Inglés, tanto si se comienza desde Ferrol o desde A Coruña. Este bar de carretera, situado en el punto más alto de la ruta, en el tramo final de la etapa entre Betanzos y Hospital de Bruma, es también estanco (y un poco tienda de toda la vida). Fundado en 1917 por los abuelos de las actuales dueñas, más de un siglo después sigue atendido por sus nietas, Mari Carmen y Avelina, quienes han hecho de este modesto local rural una parada obligatoria en el Camino Inglés.

Hospitalidad legendaria: “la señora lo da todo

Al cruzar la puerta de Casa Avelina, enseguida se percibe el cariño que irradian sus dueñas. En este bar de pueblo conviven en armonía los vecinos (que pasan la tarde jugando a las cartas o charlando) con peregrinos de todas las nacionalidades. La atmósfera es alegre y acogedora: aquí el peregrino se siente como en casa desde el primer momento. La hospitalidad de Mari Carmen y Avelina se ha vuelto legendaria en el Camino Inglés, “la señora lo da todo por y para los peregrinos”, relataba un caminante, impresionado por los detalles que presenció.

Algunas muestras de la extraordinaria atención en Casa Avelina:

  • Si llegas con la mochila cargada o los pies cansados, te ofrecen una banqueta o taburete para que apoyes el peso y estires las piernas.
  • Si vienes con frío o empapado por la lluvia, te preparan un café caliente al momento y te ayudan a secar tu ropa.
  • Si tienes un problema con tu calzado, buscan entre sus cosas una solución.
  • Si te ven una lesión o ampolla, sacan hielo del congelador, lo envuelven y te lo dan para aliviar el golpe.
  • si quieres sellar, ofrecen doble sello: el suyo propio y el de la Ermita.
Sellos de Casa Avelina

Además de su sello propio, ofrecen el sello de la Ermita de San Roque

Estos son solo algunos ejemplos de la atención personalizada que brindan. En Casa Avelina nunca falta una sonrisa, una palabra amable y algo extra para el peregrino: la dueña suele pasar mesa por mesa preguntando si hace falta algo, sirve cafés y hasta ofrece galletas, queso, chorizo o lo que tenga a mano como obsequio. Todo a precios muy asequibles, alejados de los típicos menús turísticos, porque su prioridad es servir y no el negocio. No es de extrañar que quien se detiene aquí lo recuerde como gloria bendita, un oasis de humanidad en el Camino.

Bocadillos con amor y recuerdos imborrables

Otra razón para detenerse en Casa Avelina es llenar el estómago. La oferta es sencilla pero sabrosa: bocadillos fríos, pinchos y bebidas para reponer fuerzas. Los bocatas de Casa Avelina están hechos con el mismo amor con el que reciben a los caminantes, aseguran los peregrinos. De hecho, más de uno destaca lo deliciosos que saben estos manjares cuando se llegan a As Travesas con hambre – quizás porque van “proporcionales al cariño” que le ponen las hermanas al prepararlos. Un refresco frío, un café caliente y un buen bocata en Casa Avelina saben a gloria para el peregrino cansado.

Típico bocadillo de Casa Avelina

Las dimensiones de los bocatas de Avelina no dejan indiferente a nadie

Pero si algo alimenta el espíritu aquí (además del apetito) son los recuerdos y muestras de cariño acumulados en sus paredes. Las hermanas, Avelina y Mari Carmen, atesoran en el bar un pequeño museo peregrino: camisetas firmadas, postales de todo el mundo, conchas dedicadas, fotografías y notas de agradecimiento que les dejan los caminantes agradecidos. “Tenemos 7 libros de dedicatorias y 8 álbumes de fotos”, contaba Avelina emocionada, mostrando la libreta donde todo empezó en 2017. Fue idea de una peregrina inaugurar un libro de visitas para que quienes pasaran pudieran dejar unas palabras; desde entonces cientos de mensajes han llenado ya varios tomos con vivencias y gratitud.

La Ermita de San Roque y el abrazo al árbol

Frente a Casa Avelina, cruzando la carretera, se encuentra una pequeña capilla histórica: la Ermita de San Roque. Las hermanas, que son las guardianas de la llave de esta ermita del siglo XVIII-XIX, no dudan en invitar a los peregrinos a visitarla. Abren las puertas de la capilla para quien quiera entrar a rezar o simplemente curiosear, y explican su historia: fue construida entre 1773 y 1866 gracias a las limosnas de vecinos y peregrinos, y aún hoy su mantenimiento depende de la caridad de los visitantes.

Avelina enseñando el interior de la Ermita de San Roque

Peregrinas visitando el interior de la Ermita de San Roque, con Avelina de guía

Mari Carmen y Avelina animan a abrazar el roble centenario que crece junto al templo –dicen que así se absorbe su energía positiva– y permiten tocar la antigua campana de la ermita, un gesto simbólico que muchos peregrinos disfrutan como una bendición en el Camino. Junto a la capilla también hay un viejo cruceiro y una fuente conocida como Fonte de San Roque, donde es posible rellenar cantimploras.

Antes de reanudar la marcha hacia el Hospital de Bruma (el albergue de peregrinos está a apenas 2 km de Casa Avelina), las dueñas suelen entregar a quien lo desee una estampita. Hablar con Mari Carmen y Avelina, tomarse fotos con ellas (¡no te irás de allí sin tomarte una foto con la buena de Avelina!) o simplemente escucharlas, a menudo hace que el peregrino se olvide del reloj y pierda la noción del tiempo.

Roble centenario y cruceiro en As Travesas

Antes de marcharte de Casa Avelina, has de visitar la Ermita y el árbol Centenario

Fama internacional y visitas ilustres

El boca a boca y las redes sociales han extendido la fama de Casa Avelina por todo el mundo peregrino. Muchos viajeros recomiendan encarecidamente esta parada; incluso en la etapa anterior hay quien avisa: “no dudes en parar allí, te tratarán de maravilla”. La hospitalidad de Mari Carmen y Avelina ha sido destacada en guías y foros, y han llegado peregrinos de los cinco continentes a conocer a “las dos corazones” de Casa Avelina.

Entre las anécdotas que más enorgullecen a las propietarias está la visita de Julia Baird, la hermana de John Lennon, quien peregrinó por el Camino Inglés y se detuvo a compartir un rato con ellas. También recuerdan con cariño a algunos actores y políticos españoles que han pasado por su local durante el Camino. Las hermanas guardan fotos con muchos de estos visitantes especiales en sus álbumes, pero tratan a todos por igual: ya sea un vecino de aldea, un caminante anónimo o una personalidad famosa, cada persona es recibida con cercanía y generosidad.

Peregrinos tocando la campana en la Ermita de San Roque

Avelina y Mari Carmen dinamizan As Travesas enseñando a los peregrinos la Ermita de San Roque

Reconocimientos a una labor ejemplar

El impacto de Casa Avelina en la experiencia del Camino Inglés ha sido tal, que no solo los peregrinos les dedican elogios: también ha recibido premios y reconocimientos oficiales. En 2022, Guía Repsol incluyó a Casa Avelina en sus “Soletes de carretera”, destacándola como un bar recomendado para viajeros por su autenticidad y buen hacer. Y a finales de 2022 se anunció que este humilde establecimiento había sido uno de los mejor valorados de la “Red Stelar” (una red de locales con excelencia en el Camino Inglés) promovida por la Asociación de Concellos del Camino Inglés.

Además del cariño de la comunidad peregrina y de estos premios, la dedicación de Casa Avelina también ha tenido eco en ámbitos religiosos: su labor de acogida ha sido elogiada por la Iglesia local e incluso desde ámbitos del Camino vinculados a la Catedral de Santiago. No cabe duda de que la hospitalidad sincera de Mari Carmen y Avelina trasciende fronteras y ha dejado huella en todos los que pasan por su casa. Como resumía un peregrino en un foro: “Personas como Avelina hacen del Camino un mundo aparte, dan todo sin pedir nada a cambio y permanecerán siempre en nuestros corazones”.

Mari Carmen rodeada de peregrinos

Mari Carmen te abraza de una forma muy especial, y siempre te pedirá una foto con ella

Una parada con corazón en el Camino Inglés

Casa Avelina es un símbolo de hospitalidad jacobea que puedes encontrar en el mapa del Camino Inglés. Todo peregrino que pase por allí debería regalarse unos minutos en este rincón único, pues la parada no solo ofrecerá un respiro físico con comida casera y descanso, sino también un aliento emocional para seguir adelante. Entre anécdotas, fotos, abrazos, risas y quizá alguna lágrima de emoción, cada visitante entiende por qué Casa Avelina es tan especial. Es un lugar donde se alimenta el cuerpo y el alma a partes iguales, y donde la esencia del Camino, la solidaridad, la humildad y el compartir, cobra vida diaria. Por todo ello, Casa Avelina se ha ganado a pulso el título de parada imperdible: quien camina el Inglés y no se detiene aquí, se está perdiendo una experiencia inolvidable. Desde aquí les enviamos un cordial saludo y ¡larga vida, y buen Camino, a Casa Avelina!