El Camino de Santiago, como ya bien sabrás, tiene una gran diversidad de rutas, las cuales se componen de varias etapas. Al recorrer toda la geografía española, con sus distintos paisajes y terrenos, algunas de estas etapas presentan desniveles memorables por su dificultad. Hay quien prefiere los descensos a los ascensos, pues no exigen mucho esfuerzo, aunque son muchos los que prefieren las subidas. ¿El por qué? Algunas bajadas en el Camino de Santiago presentan mucho desnivel, e incluso terreno resbaladizo, por lo que suponen cierto riesgo de caídas y lesiones. Así, en este artículo queremos hablar de las bajadas más duras del Camino de Santiago, que por la experiencia de nuestros peregrinos son de las más duras.
Las 10 bajadas más recordadas por los peregrinos
Al igual que en las distintas rutas jacobeas encontramos etapas con subidas “rompepiernas”, quizás ese atributo es más adecuado para las bajadas del Camino de Santiago. Las extremas pendientes negativas y los terrenos rocosos o resbaladizos por la presencia de gravilla o agua son algunos de los grandes enemigos del peregrino. Además del riesgo de caída, el desgaste de articulaciones como rodillas y tobillos es protagonista en las bajadas (también el dolor de pies y uñas). A continuación presentamos una selección de las diez bajadas más duras del Camino de Santiago, que, aunque exigentes, ofrecen hermosas panorámicas.
Descenso del Alto del Perdón
En el Camino Francés, entre Pamplona y Puente La Reina, en uno de los descensos más comentados por los peregrinos y una de las bajadas más duras del Camino. Se trata de uno de los ascensos míticos, con el premio final de las vistas panorámicas y el famoso conjunto escultórico homenaje a los peregrinos. En algo más de 3 km se descienden unos 260 metros desde el alto hasta la localidad de Uterga. A pesar de no ser muy largo, es muy empinado y el terreno es muy pedregoso y hay que tener especial cuidado de no resbalar.
Descenso a Molinaseca
Seguimos en la ruta francesa, entre Rabanal del Camino y Molinaseca, donde encontramos uno de los puntos más altos del Camino, el alto de Foncebadón. Coronado por la famosa Cruz de Ferro, todo lo que sube, ha de bajar, y así le sucede al Camino tras pasar este hito. En unos 12 km se descienden unos 1000 metros a través de senderos que a veces presentan terrenos resbaladizos y de piedra suelta. Tras pasar por El Acebo y Riego de Ambrós, se llega al fin a Molinaseca, en cuyo río podremos descansar nuestras piernas y rodillas.
Descenso a Santa Cruz de la Serós
En el Camino Francés, en su variante por Aragón (el conocido como Camino Aragonés) que comienza en España en Somport, encontramos una etapa muy dura. Comentada sólo entre expertos peregrinos, la variante desde Jaca hasta Arrés por la variante de San Juan de la Peña tiene una bajada de vértigo. Desde el monasterio de San Juan de la Peña hasta Santa Cruz de la Serós hay una bajada de 400 metros en 4 km. Este tramo es solo recomendable para caminantes muy curtidos.
Descenso a Montefurado
Ya en el Camino Primitivo, famoso por sus desniveles entre Asturias y Galicia, hay que destacar la bajada del Puerto del Palo a Montefurado. Este descenso, entre Pola de Allande y La Mesa, presenta un desnivel de unos 230 metros en algo más de 1 km. La vista panorámica desde este lugar, el punto más alto de esta ruta, merece los esfuerzos de sube y baja.
Descenso a Grandas de Salime
Seguimos en el corazón del primero de los Caminos, en la siguiente etapa. Entre La Mesa y Grandas de Salime el peregrino ha de enfrentarse a una de las bajadas más duras. Durante algo más de 6 km se desciende más de 800 metros, comenzando poco después de dejar La Mesa, y finalizando en el embalse de Grandas de Salime.
Descenso a Redondela
El Camino Portugués es famoso por no tener grandes desniveles, aunque algo hay. Entre O Porriño y Arcade es donde quizás encontremos más sube y baja. Al pasar Santiaguiño, a poca distancia de Redondela, el peregrino afronta un descenso de unos 150 metros en 1,5 km. El terreno no es complicado, pues se trata de asfalto, pero hay que tener igualmente mucha precaución.
Descenso a Markina-Xemein
En el Camino del Norte hay que destacar la etapa entre Deva y Markina-Xemein. Esta ruta, con muchos desniveles, presenta en esta etapa de interior su bajada más dura. A la altura del monte Akarregi se descienden unos 320 metros en 3 km en el tramo final de la etapa. Hay que prestar especial atención al terreno pedregoso.
Descenso a Cee
Al Camino de Finisterre le sucede lo mismo que a la ruta portuguesa, que no presenta muchos desniveles. No obstante, podemos destacar una bajada muy interesante en la etapa entre Olveiroa y Cee. Antes de llegar a esta última villa, pasando el cruceiro da Armada, en 2,5 km se descienden unos 250 metros para llegar prácticamente a nivel del mar. Que no os entretenga la belleza de la vista del espectacular cabo Finisterre y prestad atención a la bajada, pues presenta algo de gravilla.
Descenso a Muxía
De nuevo en el Camino de Finisterre y Muxía, y llegando a esta villa marinera, se nos presenta otro descenso interesante. Tras acabar el ascenso de Vilela de Morquintián el peregrino ha de realizar un descenso de prácticamente 250 metros en unos 5 km.
Descenso a Armenteira
En la Variante Espiritual, en su primera etapa entre Pontevedra y Armenteira, tenemos un bonito descenso para llegar al monasterio de Armenteira. Tras abandonar la hermosa villa de Combarro y ascender a Cribo, el peregrino afronta un descenso de 200 metros en algo más de 2 km.
Evita caídas y lesiones en las bajadas
Queremos que disfrutes a tope, y por lo tanto, si vas a afrontar alguna de las bajadas más duras del Camino, te recomendamos que te prepares adecuadamente. Un entrenamiento adecuado previo será necesario para atreverse con estos descensos del Camino de Santiago. Para prevenir caídas y proteger las articulaciones, recomendamos llevar unos buenos bastones, rodilleras, tobilleras y unas botas adecuadas que protejan los tobillos.
¡Ah! Y una vez que llegues a Santiago de Compostela, no te perdonamos una de las bajadas más intensas del Camino de Santiago. Es el origen de todo, y no se puede obviar: la bajada a la tumba del Apóstol. Esta bajada, intensa a nivel emocional, no debe faltar como celebración final de tu experiencia en el Camino de Santiago.
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