No es extraño que, con la extensa historia de Santiago de Compostela y la multitud de personas que han transitado por sus calles, la ciudad del apóstol sea fuente inagotable de leyendas, cuentos y mitos. Una de estas leyendas es la proveniente de la silueta que diariamente se proyecta sobre una de las fachadas de la catedral, la sombra de un peregrino ataviado con un sombrero de ala ancha, bastón, calabaza y capa. Este fantasma no es más que el resultado de una casualidad que hace que la sombra de un pilar de granito situado en la Plaza de A Quintana proyecte su figura cuando cae la noche y el alumbrado se enciende. Sin embargo, no son pocas las interpretaciones que entran en territorio mágico y sobrehumano que van mucho más allá de esta explicación natural y lógica.
Distintas versiones de la leyenda de la plaza de A Quintana
No son ni una ni dos, sino que han llegado a nosotros hasta tres versiones diferentes sobre el origen de esta visión.
Quintana de Vivos y Quintana de Mortos
La primera de ellas se debe al uso pasado que se le dio a la Plaza de A Quintana. Esta explanada junto a la catedral se encuentra dividida en dos niveles, separados por una escalinata que parte su superficie en dos. La que queda en la parte superior recibe el nombre de Quintana de Vivos. La de abajo, por otra parte, se conoce como Quintana de Mortos (de muertos).
Y es que en la parte inferior estaba localizado anteriormente el cementerio público. Por ello muchos cuentan que la sombra del peregrino es la manifestación del alma errante de alguno de los que allí descansaban. La segunda explicación tiene que ver con la etapa más oscura de la iglesia católica y las brutales prácticas que se llevaron a cabo en este lugar. En este caso se cuenta que la sombra pertenece al alma de algún infeliz que fue quemado en la hoguera por juicio inquisitorial.
Leonard du Revenant
Leonard du Revenant, hijo de un noble rico de París, asesina a su padre con la esperanza de quedarse con su fortuna. Tras ser juzgado por el Duque de Borgoña, en lugar de ser ejecutado, se le ordena hacer el Camino de Santiago como penitencia.
Durante el viaje a través del Camino Francés, se enamora de una joven posadera ya comprometida, y su frustración lo lleva a cometer dos asesinatos: mata al prometido de la joven, rapta a ésta, la viola y luego la mata también. Temeroso de ser condenado a muerte, Leonard se hace pasar por monje franciscano para pasar desapercibido. Llega a Santiago, pero todas las posadas están llenas, así que decide dormir en la calle, junto a la Catedral. Esa noche, en un sueño, su padre se le aparece y le dice que ha perdonado su crimen, pero que debe cumplir condena por las vidas que ha arrebatado. Para lograr la absolución, Leonard debe esperar que las almas de las víctimas lleguen a Compostela y le otorguen su perdón.
Asustado, Leonard intenta atacar a su padre en el sueño, pero este lo mata antes. Desde entonces, Leonard se aparece noche tras noche en la Plaza de Quintana, esperando a que las almas de los jóvenes lo perdonen para obtener la absolución definitiva.
El sacerdote y la monja
Por último, la versión que más escucharán los que transiten por la plaza, será la del sacerdote y la monja. Cuenta la leyenda, que un clérigo de la catedral y una religiosa de un convento de San Paio de Antealtares, al otro lado de la plaza, mantenían un romance secreto. El sacerdote, cansado de tener que esconder su amor, le propuso a su amante huir de Santiago, fuera de miradas censoras.
De modo que la citó una noche en la plaza vestido de peregrino para no llamar la atención. Se dice que la esperó durante horas pero que nunca apareció. La sombra, en este caso, representa al sacerdote disfrazado, quien nunca se resignó a perder a su amada y que vuelve todas las noches a esperarla.
En realidad, la sombra del peregrino en la plaza de A Quintana es sólo una de las numerosas leyendas del Camino de Santiago y de la propia ciudad de Santiago de Compostela. Se dice que la sombra nos acompañará durante todo el Camino pero que sólo llegaremos a verla en la fachada de la catedral una vez cae la noche. Y es que esta figura se ha convertido ya, sin duda, en un icono de la ciudad y en una de sus imágenes más fotografiadas y populares.
Si te atreves a recorrer una ruta jacobea, no solo vivirás una experiencia única, sino que también podrás sumergirte en historias tan fascinantes como la de la sombra del peregrino en la plaza de A Quintana. Cada paso te acercará a Santiago, donde leyendas como esta cobran vida. ¡Anímate a hacer el Camino de Santiago y descubre una experiencia llena de historia, misterio y redención!