En algún momento, tod@s nos hemos sentido abrumados y hemos sido invadidos por estas cuestiones. Una vez cuestionados estos puntos, cada quién, elige la estrategia más oportuna para sí, para volver o tratar de regresar a su esencia y equilibrio interno.

  • ¿Cuándo fue la última vez que tuviste tiempo para hacer NADA?
  • ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?
  • ¿En qué momento dejaste de pintar, de escribir, de tocar el saxo, de caminar, de ser tú…?
  • ¿Te reconoces? ¿Reconoces ese yo en el que habitas?

A continuación, te presentamos una serie de herramientas que consideramos, a partir de nuestra propia experiencia, la simbiosis perfecta para vivir en armonía.

La primera es Caminar, sin más

Algunos investigadores defienden que la forma humana de andar, cargando el peso en la parte delantera del pie, se inició con el Homo erectus hace casi dos millones de años. En la actualidad, pasamos demasiado tiempo sentados y con una sobreestimulación de dispositivos electrónicos que nos alejan de la interacción con el otro y de la reconexión con nosotros mismos. Habitualmente llegamos incluso a alejarnos de nosotros mismos, en muchas ocasiones de manera inconsciente, y en otras, por incapacidad de asumir nuestra realidad.

El Camino de Santiago te permite darte esa interacción, ese espacio, tiempo, silencio, escucha, permiso y verdad. En esta experiencia tienes la oportunidad de ser, de reconectar contigo a través de montañas, valles, bosques, senderos… dónde la mejor melodía son tus pasos.

Poco a poco percibirás cómo los sentidos van despertando. Mirarás con ojos nuevos, olerás aromas olvidados, saborearás el alimento con pausa y conciencia, oirás el sonido de la naturaleza y tocarás el agua, el aire y la tierra.

Abrazarás y serás abrazado de la forma más sincera que hayas podido vivir. Porque si algo permite el Camino es lograr un viaje transformador, donde poder desnudarte de todo y vestirte de ti.

La segunda es el Yoga

Yoga, es un término del sánscrito que procede del vocablo yug (yugo en castellano), que quiere decir unir, enlazar, y por extensión conciliar y armonizar. Esta práctica, según definiciones de Patanjali (500 a.c), es el cese de la agitación mental.

Esta disciplina, es el más antiguo método de evolución consciente y autorrealización, a través de la cual se unen mente, cuerpo y espíritu, haciendo honor a ese “yugo” que es el yoga.

Gente haciendo Yoga cerca de un lago

Orígenes

Los orígenes del Yoga son difíciles de precisar, pudiendo datar de hace algo más de cinco o seis mil años según algunos investigadores. En el actual Pakistán, restos arqueológicos de sellos cerámicos, en los que aparecen yoguis sentados en la postura clásica de meditación, sitúan esta disciplina con una antigüedad, al menos, de más de 5000 años. Lo que sí se puede afirmar, es que la evolución del yoga está íntimamente vinculada a la India.

Con su llegada al mundo occidental, el yoga se ha convertido en una práctica cada vez más extendida. Esto ha derivado en que en algunas ocasiones, la práctica se ha centrado en una perspectiva más física, perdiendo bastante de vista la conexión mente-cuerpo y el hecho de involucrarse de un modo más espiritual en su realización.

A menudo asumimos que los beneficios del yoga son unos brazos tonificados, un cuerpo flexible y la capacidad de invertir nuestro cuerpo sobre la cabeza. Pero la práctica del yoga va mucho más allá de lo físico.

Sinergias Camino-Yoga

De la misma forma en que el objetivo de la práctica del yoga no se encuentra en completar una asana, como lograr una postura invertida, tampoco es el objetivo del Camino llegar al final de la etapa, y ni tan siquiera llegar a Santiago de Compostela.

El paso a paso por cada etapa, nos revela la mayoría de los aprendizajes que el Camino nos regala. La meta verdadera no es el camino, sino ese durante que sucede mientras pretendemos llegar. La práctica de yoga, no pretende la iluminación o la conexión con la divinidad, sino aprender, entender, observar y permanecer durante el propio proceso. Sólo estando muy presentes en esos procesos bien sea caminando, o sobre nuestra esterilla podremos llegar a Ser.

El Camino de Santiago no es simplemente una ruta. En su origen surgió como una ruta espiritual asociada a la religión, las personas ya peregrinaban con motivo de pedir ayuda al Apóstol para resolver algún problema, o buscando la absolución de algún pecado.

Hoy día muchas personas caminan sin una razón de fe, aunque todas suelen compartir una misma  intención: sanar.

Tanto la práctica de Yoga, como el Camino de Santiago vinculan el propósito de búsqueda de nuestra esencia y por ende, de la felicidad. En nuestra práctica de yoga, a través de nuestras posturas y respiraciones (plano físico), conseguimos obtener una mente clara y abierta. Esta se mueve al compás del cuerpo en sincronía con las respiraciones, lo que nos hará discurrir hacia el plano espiritual, reportándonos equilibrio y claridad.

Del mismo modo, el hecho per se de caminar nos ayuda a niveles físicos, mentales y emocionales. No sólo es una acción física, sino que en el camino vamos dejando aquellas capas de juicios, miedos y creencias limitantes que nos alejan de nuestro verdadero ser.  Esto nos permite abrirnos sin expectativas a lo que sucede, de modo que cualquier situación vivida podrá ser recibida como un aprendizaje y podremos trasladar las experiencias del Camino a nuestra propia vida.

El yoga, al igual que el Camino, te permite conocerte y saber cómo te muestras ante ti mismo y ante el mundo.

En ambos casos no son más que herramientas de autoconocimiento y crecimiento, que unidas forman un tándem perfecto para volver a nuestro centro, tan olvidado durante nuestro cotidiano.

Una mujer haciendo Yoga en el Camino

Qué necesitarás para practicar yoga en el Camino

Para tu práctica de yoga, sólo necesitas ropa cómoda, una esterilla y aquellos materiales que suelas usar habitualmente para facilitarte la práctica (cinturón, bloque, aceites esenciales, pañuelo o chal para savasana).

Pero sin duda, lo más importante para la práctica de yoga eres tú y lo que eres en ese momento. Siempre deberás tener muy en cuenta el estado en el que te encuentres para llevar a cabo la práctica, pasando por aceptar quién eres, cómo te encuentras y reconociendo todo lo que sucede en tu interior. Sólo de esta manera, conseguirás poner conciencia a tu cuerpo, permitiéndole manifestar a través de la práctica, todas esas emociones.

En cuanto a los materiales, no debes preocuparte por la carga adicional, ya que si viajas con nosotros contarás con un servicio de transporte de equipaje entre etapas. Te recomendamos utilizar una mochila de senderismo, ya que prácticamente todas cuentan con amarres para llevar objetos, tales como esterillas o sacos; de una forma cómoda.

En la práctica que te proponemos durante el Camino, recogemos:

– Meditaciones al amanecer
– Pranayamas
– Saludo al sol
– Meditaciones en la puesta de sol
– Saludo a la luna
– Kriyas
– Prácticas de  Hatha yoga, Yin Yoga y Yoga Restaurativo

Existen múltiples ramas y escuelas del Yoga, pero trabajaremos con aquellas que ayudan a completar las etapas del Camino de una forma integradora. De modo que haremos prácticas no muy exigentes, tras los kilómetros andados al final de cada etapa. Serán prácticas relajantes y reparadoras.

Los beneficios que aportará el yoga en tu Camino

Beneficios en el cuerpo

El yoga en el inicio y en el final de etapa: Comenzar el día practicando yoga, nos conecta con nuestro cuerpo, ese instrumento que nos permite vivenciar experiencias mágicas. Esta práctica actúa como un calentamiento previo para caminar, que unido a la meditación nos ayuda a tener un propósito en la etapa y en el día. Por otro lado, la práctica del final del día, nos ayudará a asimilar mejor todo lo vivido durante la jornada y a relajar cuerpo y mente para un correcto descanso.

Beneficio físico

El ejercicio físico de caminar hará que te sientas fortalecido, motivado y conectado.  Esto, combinado con un par de horas del día dedicadas a la práctica, hará que los beneficios sean dobles y además, aportará a tu experiencia mucha más intensidad y clarividencia.

A niveles físicos la práctica nos ayuda a tonificar y flexibilizar nuestra musculatura, fortalecer los huesos, mejorar el sistema inmunológico, regular el metabolismo, reducir niveles de inflamación, o mejorar la capacidad pulmonar a través de la respiración, entre otras cosas.

Una persona estirando sus músculos

Beneficios mente

En el plano mental y espiritual: la práctica de esta disciplina te ayudará a comprender o resolver los problemas o las necesidades que tengas en tu cabeza. El yoga acelera los procesos de comprensión de uno mismo y de la realidad, y por ende los procesos de sanación interior.

La comprensión de la realidad que aporta, te permitirá entenderte a ti mismo en particular y como parte de un todo. 

Promueve la capacidad de relajación, alivia el estrés, combate el insomnio, ayuda a controlar la ira, ataques de pánico y otras crisis. Permite disminuir la ansiedad y aumentar la creatividad y el rendimiento laboral.

Beneficios espíritu

Esta práctica te ayudará a focalizar, a tener una mayor concentración y a encontrar tu equilibrio y lugar en esta sociedad. Te facilita herramientas para vivir con una mayor presencia y conciencia, ayudándote a tener más lucidez a la hora de tomar decisiones. Aprenderás a actuar bajo nuevos patrones de conducta saludables, rompiendo con antiguas costumbres tóxicas o limitantes. Todo esto, hará que seas más feliz.

El entorno

En cuanto al entorno, practicar yoga en el Camino de Santiago te permitirá experimentar los beneficios del Yoga en parajes privilegiados. Te permitirá entender a través de la propia naturaleza, procesos internos que ayudarán a descodificar mensajes enquistados en tu interior. La naturaleza, al igual que las personas que te irás encontrando, serán un espejo de aquello con lo que querrás vibrar, hacia dónde querrás dirigirte y lo que necesitarás entender, para estar en armonía y coherencia contigo mismo y con tu entorno.

Una mujer haciendo yoga frente a un lago

El contexto ayudará a reconectar con nuestro ser y con el todo del que formamos parte. 

La relación que guardaremos con otras personas, será completamente diferente a raíz de nuestra práctica. El camino nos pondrá en situación de dar y recibir respuestas de aquello que no podemos entender o nos es difícil de vislumbrar. Por esto entraremos en el campo de búsqueda de otros para recibir respuestas de nuestra propia búsqueda.

Tanto si vas sólo como en grupo, Viajes Camino de Santiago se encargará de planificar tu Camino en alojamientos tranquilos, entornos rurales y naturales idílicos que te permitirán vivir la inolvidable experiencia del Camino de Santiago, desde un nivel de conciencia, permiso y apertura que te ayudará a sanar y crecer como persona.